El entrenador del Mallorca, José Luis Oltra, durante uno de los encuentros del equipo.

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El rendimiento de José Luis Oltra ha encogido entre los muros de Son Moix. Catorce jornadas después, el Mallorca aún permanece oculto entre la maleza de la clasificación y viaja con la incertidumbre pegada al cuerpo. Y si bien sus cifras no se apartan demasiado de las que ha podido redactar en otros equipos a estas alturas de la película, los recursos que ha destinado el club al proyecto y sus exigencias a corto y medio plazo le obligan a modificar la marcha cuanto antes.

Oltra no pierde la paciencia. Además de contar con el respaldo de la plantilla -ayer el propio Antonio López, que ni siquiera ha debutado a sus órdenes, avaló en público su trabajo-, aprecia el valenciano cierta mejoría en la actitud y los mecanismos del equipo y está convencido de que al final acabará cruzando la meta que hay marcada en el libro de ruta. No obstante, su optimismo está cada vez más al descubierto y el sábado, ante el Deportivo Alavés, le espera otra prueba de supervivencia. Porque después de concatenar la peor serie de resultados del curso (4 partidos sin ganar y 2 puntos sumados de 12 posibles) y alojarse en una zona más próxima al barranco que al trampolín, su crédito, al menos para los responsables de la entidad, es muy limitado.

Los 18 puntos que ha cosechado el Mallorca actual se equiparan a los que el técnico recogió con el Ciudad de Murcia en este mismo punto del calendario. Sin embargo, en aquella ocasión gestionaba un grupo sin las aspiraciones que tiene en Palma y su equipo sabía mantener el equilibrio en defensa: había recibido once puñaladas menos. De hecho, Oltra nunca había cruzado la verja de la jornada 14 con un saldo negativo. Hasta esta temporada...

En cualquier caso, si algo revela la tarjera de Oltra es que sus formaciones siguen un camino ascendente. Y basta con tomar las referencias de sus dos ascensos. Tanto con el Tenerife (2008-09) como con el Deportivo (2011-12) había concedido un número de derrotas muy similar al de ahora y hasta que no cogió carrerilla no se fue abriendo paso en las alturas.

Al margen de lo que José Luis Oltra propone, la productividad de una parte importante del vestuario tampoco ayuda. La plantilla, mal edificada y asimétrica, cojea en una serie de posiciones concretas y ciertos futbolistas continúan sin romper el hielo que ya les cubría a su llegada a Palma.

En ese sentido, la dirección deportiva ya ha fijado la vista en el mes de enero y valora la opción de refrescar al grupo con la llegada de varios refuerzos, sobre todo para acorazar la defensa y el centro del campo. No obstante, la situación económica del club y lo que ofrece el mercado tampoco son garantía de éxito. Ni mucho menos. Además, también es probable que si se concretan ciertas llegadas (a las que habría que unir los regresos de Hemed y Joao Victor) el equipo deba desprenderse de otros efectivos para evitar la superpoblación en algunos puntos.