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Nueva temporada, idénticos errores. El Mallorca no logra dejar atrás esa pesadilla que protagoniza desde mediados del curso pasado. Incapaz de amortiguar una caída libre que dura ya muchos meses, el conjunto bermellón recibió en Sabadell un bofetón de los que dejan marca. Los de José Luis Oltra, que dormirán toda la semana en el fondo de la clasificación, tienen por delante una durísima fase de aclimitación a una categoría particularmente compleja y peligrosa.

1Se amplía el debate bajo el larguero . Oltra decidió confiarle la portería a Aouate, que firmó una actuación que va a seguir alimentado el debate acerca de quién debe situarse bajo el larguero rojillo. «Decida lo que decida habrá polémica», pronosticaba la semana pasada el técnico, que aseguró que el elegido seguiría teniendo crédito pasara lo que pasara. Se sigue esperando más del israelí, muy alejado a día de hoy de su mejor versión.

2Un desastre en defensa . Si el año pasado el Mallorca encajó más goles que nunca en el Primera División (72), su vuelta a las cavernas tampoco ha suavizado la sensación de fragilidad. Ni mucho menos. En una jornada en la que todos los partidos de la categoría se resolvieron con empate o con un único gol de diferencia, los rojillos recibiron cuatro de un rival supuestamente muy inferior y exhibieron una cantidad de desajustes alarmantes. Desastroso.

3 Caos a balón parado. Aun que el propio Oltra había adviertido en la antesala del duelo que el Sabadell podía fabricar mucho peligro a balón parado, dos de los goles del póquer arlequinado (el segundo, obra de Carlos Hernández, y el cuarto, de Aníbal) llegaron por esa vía. El equipo arrastra un grave problema en esa faceta que deberá corregir con urgencia.

4 Rendimiento descendiente. Tal y como le había sucedido en el ensayo general del Ciutat de Palma, el Mallorca siguió en la Nova Creu Alta un camino descendente y terminó el partido arrodillado. Después de un arranque avasallador, el equipo se fue apagando hasta que le devoró, de manera bochornosa, su enemigo de turno.

5 Inundación en la zona ancha. Los focos de la derrota apuntan a la zaga, pero el centro del campo también navegó con estrépito en Sabadell. A excepción de Thomas, un oasis en el desierto rojinegro a pesar de su error en el tercer gol, ninguno de sus jugadores estuvo a la altura, ni defendiendo ni atacando.

6 Sin carga explosiva. El Mallorca también pagó en Sabadell su ceguera en ataque. Los isleños llegaron con mucho peligro a las puertas de De Navas en los primeros veinte minutos de encuentro, pero no concretaron su dominio y pagaron un elevado peaje. Todo lo contrario que el Sabadell, mucho más sólido, práctico y efectivo de cintura para arriba.

7 Menos intensidad. El Sabadell, mucho más limitado en cuanto a calidad y recursos (y con un montón de bajas encima), supo interpretar mejor el encuentro y lo llevó a su terreno en cuanto pudo. El Mallorca, en cambio, acreditó que está aún apartado de las exigencias de la Segunda. La actitud de algunos futbolistas también debe mejor obligatoriamente para que el grupo encuentre el camino de vuelta a Primera División.

8 Flaqueza mental. La parte de la plantilla que ha resistido al descenso sigue tocada en el plano anímico y se derrumba ante las primeras dificultades que divisa en su senda. En Sabadell la puntilla fue el 2-0 antes del descanso. A partir de ahí, el grupo fue bajando los brazos hasta acabar hundido.

9 Cambios sin efecto. Más allá de la falta de reacción del equipo ante las adversidades, a los rojillos tampoco les funcionaron los cambios promovidos por Oltra en el segundo tiempo. El técnico valenciano alineó de inicio a su once más lógico y cuando se vio contra la corriente trató de darle un giro drástico. Sin embargo, ni los jugadores que accedieron al campo mejorararon su rostro ni el equipo pudo acercarse. Sobre todo, porque el Sabadell masacró a su invitado con otros dos tantos y despachó el encuentro. Al final los bermellones quisieron endulzar su imagen y el marcador, pero nada cambió. Los arlequinados alargaron su fiesta de inicio de curso a costa de un cuadro que acusó la presión del estreno.

10 Factores externos. Como suele ocurrir en casi todas las debacles de este tipo, los factores externos también ensancharon el agujero negro que se tragó al Mallorca. Primero, en forma de decisiones arbitrales al límite, ya que una serie de fueras de juego, alguno muy dudoso, atajó el despegue de la formación rojilla en su mejor momento. Después, ya con el partido totalmente resuelto, los ataques mallorquinistas murieron contra los palos y evitaron que los efectos del golpe se redujeran, al menos de forma simbólica. Al final, la plantilla salió de la Nova Creu Alta con cuatro goles encima que a largo plazo deberían ayudarle a volver a su sitio.