El delantero Víctor Casadesús, en una imagen captada en la plaza de Algaida. El jugador balear es uno de los futbolistas importantes de este Real Mallorca.

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Víctor Casadesús exhibe galones, tiene suficiente carácter para hacerlo y acumula ya años vestido de rojo como para ganarse el respeto de todos. Comprometido, mallorquín y realista. Es la vitamina que necesita este Mallorca para ser letal. No se puede pedir más a un jugador que está recogiendo estos años el fruto de su esfuerzo y de su trabajo. Ha madurado. Mucho. Sabe que el fútbol necesita de un punto de equilibrio tanto dentro como fuera del campo.

Sobre el césped el entusiasmo lo es todo, fuera de él la cosa cambia hasta el punto de saber poner un punto de sentido común incluso en situaciones tan volátiles como los errores arbitrales. «No me preocupan los errores arbitrales, algún día se equivocarán a favor nuestro, la Liga es muy larga y en 38 partidos alguna vez nos tocará a nosotros. De momento nos han perjudicado, más que beneficiado», dijo ayer Víctor.

Y es que mirar sólo al colegiado es el recurso fácil, la mejor manera de escurrir el bulto, de mirar hacia el otro lado, pero Casadesús no es así, todo lo contrario. El delantero reconoce, por ejemplo, que la expulsión de Ximo en Getafe pudo ser exagerada por las consecuencia que tuvo la acción, pero que se trataba de una «entrada fuerte y se puede entender que saque roja». «En el penalti de Emilio se equivocó al señalarlo, pero la acción es expulsión. Yo soy de los que creo que los árbitros no se equivocan a propósito contra el Mallorca», manifestó el jugador.

Autocrítica

En cambio, Víctor echó mano de la autocrítica, sin duda la mejor manera de corregir errores y no caer de nuevo en los mismos fallos. «Cuando sacamos un saque de esquina a nuestro favor no nos pueden hacer un contragolpe como el que nos hizo el Granada, hay que estar atentos, corregirlo y seguir mejorando. Este es un concepto que el entrenador nos hace trabajar mucho y normalmente no nos pasa. Ese error nos costó una expulsión y un penalti, aunque en el cómputo general no vi tan mal al equipo», explicó el mallorquín.

Y es que Víctor entiende que el fútbol es un espectáculo que se va produciendo minuto a minuto cuyo desenlace depende casi en la misma proporción del talento propio, como del fallo del rival. Sólo hay que tratar de ser el que da primero. «Debemos hacer las cosas bien y el Mallorca en el concepto de juego no lo está haciendo tan mal. El otro día perdimos, pero el equipo tuvo ocasiones, no las materializó, pero en otros partido sin tener tantas marcamos dos goles. Hay que seguir en esta línea y los resultados llegarán seguro», comentó. En el capítulo personal Víctor está contento, juega, es protagonista, marca goles, pero sobre todo, destila ese aroma de futbolista con clase que gana con el tiempo, que mejora a base de partidos, que da noticias con el balón.

Toque

Es talento, frialdad, toque impredecibe. Ha aprendido a moverse con soltura donde más tráfico hay en el campo y por encima de todo, lo más importante, Víctor es influyente en el juego del equipo. «Estoy más o menos en la línea del año pasado, me gustaría haber marcado algún gol más, pero en líneas generales estoy contento. Ahora hay que pensar ya en el partido de Sevilla, es un campo complicado, pero creo que podemos puntuar seguro», indicó el de Algaida.

Mallorca es un club con un entorno complicado, donde dos victorias encienden la llama de la euforia y dos derrotas invitan a la depresión. No hay término medio. Por eso se agradece la presencia de futbolistas del perfil del de Algadia. «Ni antes podíamos pensar en Europa ni ahora debemos creer que el equipo va a bajar. Estamos en una buena línea, perdimos ante el Granada y ahora lo que debemos hacer es recuperarnos y seguir confiando en nuestras posibilidades. El único objetivo que contemplo ahora es la salvación, no veo otro. Si después hay tiempo durante la temporada y se puede llegar más lejos, perfecto, pero hay que ser conscientes de que hay equipos superiores al nuestro, por presupuesto, por jugadores, por nombre y si podemos ser el equipo revelación y entrar en Europa será un éxito, pero esto ya se verá cuando llevemos 25 ó 30 jornadas», recordó Víctor.

Por el momento hay trabajo suficiente en mirar al partido ante el Sevilla y en intentar superar las adversidades marcada principalmente por las lesiones de larga duración, una lacra que ha invadido el vestuario y que tiene a todos preocupados dentro y fuera del club. «Es mala suerte», reflexiona Víctor. «Hacemos el mismo trabajo que el año pasado y en esos meses no pasó nada de lo que está pasando ahora. Hay que ir con un poco más de cuidado, tratar de que no pase nada y apoyar a los compañeros que han sufrido esta desgracia», indicó el delantero de Algaida.

Respecto a los problemas institucionales, Víctor tampoco evitó el debate, si bien se mostró prudente. Reconoció que Serra Ferrer está cumpliendo con lo promietido y que por el bien común sería positivo que todos los conflictos se resolvieran. Pero como bien anotó el balear. «Nosotros ahí no podemos entrar». Razón no le falta al delantero.