Una multitud ha recibido al jugador mexicano en su presentación oficial como jugador del Real Mallorca. | Joan Torres

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Giovani Dos Santos Ramírez (Monterrey, México, 1989) ya piensa en rojo. El fichaje mediático y el eje del nuevo Mallorca provocó el delirio en su puesta de largo en Son Moix. El atacante formado en la cantera del Barça aterriza en la Isla con el título olímpico aún reciente y un historial que invita a soñar. Sus etapas en el conjunto azulgrana, con el que ganó la Supercopa de 2008, Tottenham -club de origen y que posee el 50% de sus derechos económicos-, Ipswich Town, Galatasaray y Racing han forjado la carrera del hijo de Zizinho.

Con 23 años, llega dispuesto a reivindicarse en la Liga y a ponerse a las órdenes de Joaquín Caparrós. «Voy a darlo todo para que sea un gran año», aseguraba el segundo mejor joven en el pasado Mundial de Sudáfrica, que ha firmado por cuatro temporadas con el club balear.

El reiterado interés del Mallorca ha sido clave para cerrar la operación, que supone su retorno a España «para crecer como futbolista y hacer crecer al club. Me formé en el fútbol español y lo cononzco. En la Premier no tuve la ocasión de demostrar mi potencial y aquí no necesitaré mucho tiempo para adaptarme», admitía el portador del dorsal 9.

De sus nuevos compañeros se ha llevado buenas sensaciones tras verlos en acción ante la Real Sociedad. «Son un equipo muy compacto y unido, me sorprendieron en positivo», dijo.

Gio quiere recuperarse de sus problemas musculares «lo antes posible» para integrarse plenamente en la dinámica del conjunto. Su llegada al Mallorca supone un aliciente deportivo y personal. «Espero encontrar la estabilidad. Es un momento muy importante en mi carrea y tengo que explotar. He de dar lo mejor de mí y aprovechar esta oportunidad», aseveró en su presentación, en la que estuvo acompañado por Jaume Cladera y Llorenç Serra Ferrer, presidente y vicepresidente del Real Mallorca.

De su nuevo técnico, Joaquín Caparrós, conoce la exigencia que imprime a sus equipos, pero Giovani Dos Santos es consciente de que «el jugador que no aprieta, no puede jugar», y se ofrece «para jugar en ataque, por la izquierda o la derecha», dejando ver su hambre de fútbol.