Los jugadores del RCD Mallorca, celebran el primer gol del equipo bermellón. | Montserrat T. Diez

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R.C.D. Mallorca Mallorca 1

Levante Levante 0

Primera División | Jornada 37 | 05/05/2012 21:00 | Final

Mallorca 1 - 0 Levante


Mallorca: Aouate; Nsue (Cendrós, min. 79), Martí Crespí, Chico, Cáceres; Pereira, Martí, Pina, Castro; Víctor (Pablo Marí, min. 86) y Alfaro (Hemed, min. 46)

Levante: Munúa, Pedro López (Rubén, min. 71), Ballesteros (Serrano, min. 91), David Navarro, Javi Venta, Valdo, Xavi Torres, Iborra (Farinós, min. 77), Botelho, Barkero y Ghezzal.

Gol: 1-0, min. 54: Pina.

Árbitro: Iglesias Villanueva (comité gallego). Amonestó a Iborra, Munú, Pereira.

El Mallorca tiene licencia para soñar. En un par de semanas, el grupo balear ha pasado de batirse el cobre por la permanencia a atrapar una plaza de Europa League en una ascensión meteórica para frotarse los ojos y que ya forma parte de su historia. La escuadra de Caparrós completó ayer un póquer de victorias que le sirve para desbancar al Levante de la posición europea -que ha ocupado durante toda la temporada- y seguir alimentando la ilusión continental. Si gana en el Bernabéu en el último partido del campeonato, el sueño de Europa será una realidad. Así de simple. Así de complicado (1-0).

El fútbol es un estado de ánimo y el Mallorca rebosa confianza. Su metamorfosis resulta extraordinaria. Digna de estudio. No practica un fútbol de salón, pero su capacidad para competir es intachable. Pertrechado atrás, constante en el centro del campo y contundente arriba. No necesita demasiado para sacar los partidos adelante. Esa es su principal virtud. El bloque isleño está optimizando al máximo sus goles para llenarse los bolsillos de puntos. Anoche, en un Son Moix con la atmósfera de las grandes ocasiones, recurrió al guión de sus últimas funciones para alzar los brazos. Se pasa toda la primera parte a merced del enemigo para tumbarle a la lona tras el descanso. La fórmula funcionó ante Zaragoza, Rayo y ayer contra el Levante.

El cuadro de Jim cogió los mandos del encuentro en un primer tramo con más ocasiones que fútbol. Los levantinistas miraron a los ojos de Aouate en dos oportunidades de oro. A los diez minutos, una contra de manual acabó con un pase de la muerte y un chut a bocajarro de Botelho que despejó Nsue con Dudú descolocado. Y a la media hora, en otro contraataque de libro, Valdo picó por encima del meta israelí con todo a su favor... Ahí se le fue al Levante el partido y quizás la posibilidad de disputar competición europea.

Porque la hora restante del encuentro, tuvo un claro color bermellón. El Mallorca avisó a diez minutos para el descanso. Castro telegrafió un pase de orfebrería a la diagonal de Alfaro. El onubense remató forzado, casi en el aire, y el balón se encontró con el pie de Munúa cuando la grada ya se había levantado.

Tras el descanso, como ya es tradición, el Mallorca le dio una marcha más a la noche. Caparrós metió a Hemed por Alfaro y el equipo combinó con más fluidez.

Sin embargo, el gol llegó de la forma más inesperada. Castro botó un córner con rapidez a la frontal del área, donde se encontraba Pina en la soledad más absoluta. El manchego le pegó con el exterior, como si fuera un centro raso, y el balón murió en las redes levantinistas. Con ese gol, el Mallorca ya era equipo de Europa League en detrimento de su rival.

El Levante lo intentó, pero no encontró resquicios en la zaga isleña. Un cabezazo a bocajarro de Barkero, que murió en los guantes de Aouate, fue su mejor ocasión. Al final, el Mallorca alzó los brazos y su enemigo agachó la cabeza. El sueño de la Europa League ya se toca con las manos. Un triunfo en el Bernabéu desembocaría en un éxito inesperado hace apenas unas semanas...