Cladera ya conoce el interés de varios grupos que quieren entrar en el club. | Monserrat

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El Mallorca está a las puertas de una nueva venta para poder salvaguardar su futuro deportivo y asegurar la permanencia en la élite del fútbol español. El mallorca, tal y como destacaba ayer este periódico, está negociando con varios grupos inversores su entrada en el club y hoy se conocen ya los pasos a seguir con el fin de hacer una 'transición' lo más tranquila y pausada posible, pero sin detener la velocidad de crucero. El club quiere concretar la entrada de nuevos inversores antes de junio de 2012 y el plan marcado pasa por negociar la llegada de estos futuros accionistas en los primeros meses del próximo año y en función de su aportación que sean ya ellos los que se hagan cargo del club al cien por cien.

El Mallorca no descarta a día de hoy nada, es decir, en el escenario actual cabe la posibilidad de negociar una venta completa del club, siempre y cuando los accionistas que aterricen, además de comprar el paquete mayoritario de acciones, ofrezcan seguridad económica y puedan de una parte cumplir con los requisitos que exige el convenio de acreedores y por otra invertir en el club. El nuevo escenario obliga a los accionistas a tener que pagar 39 millones de euros en 10 años, pero además no se puede olvidar que es necesario invertir anualmente para poder mantener un nivel mínimo de calidad en la plantilla que haga posible mantenerse en Primera División.

Hasta la fecha el interés mostrado por parte de varios grupos inversores no se ha concretado como desearía el Mallorca porque uno de los aspectos fundamentales es evitar que un nuevo «Davidson» aparezca por Son Moix con aires de grandeza. Por este motivo las exigencias impuestas por Serra Ferrer y Jaume Cladera a los futuros accionistas, que no se descarta que tomen el control del Mallorca en un futuro, son máximas ya que se espera con este movimiento, señalar un antes y un después en la historia del club.

Hasta la fecha ha trascendido el interés de un grupo suizo que ha mostrado su predisposición para hacerse con el control del Mallorca, pero continúa sin avanzarse en esta situación, es decir, no termina de confirmar su nivel de solvencia económica para seguir avanzando en las conversaciones.

No obstante, la cúpula del club es consciente de que esta nueva realidad del Mallorca obliga a abrir el accionariado a inversores fuertes y será difícil que estos acudan al club para tener un papel secundario. De ahí que la venta de la SAD Balear siga cobrando forma a media que transcurran las semanas.