Serra Ferrer, Jaume Cladera y Patxi Izco, al término del encuentro disputado el pasado sábado en el Reyno de Navarra. | Ricardo Ordóñez

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Después del paréntesis liguero, del buen sabor de boca que dejó el punto amarrado el sábado en el Reyno de Navarra, todos los focos volverán a apuntar este mediodía al incendio declarado desde hace unos días en la planta noble que este mediodía deberá ser sofocado ... o propagarse por todo el mallorquinismo.

Los dos bandos de la guerra civil desatada en las últimas horas en el seno del Real Mallorca compartirán escenario. Aunque el único punto en el orden del día del consejo extraordinario de hoy, que arranca a las 13.00 horas, afecta a las «manifestaciones de los consejeros en los distintos medios de comunicación», desde la facción encabezada por el máximo accionista y secundada por sus fieles Miquel Coca y Biel Cerdà, han dejado caer que se debatirá el futuro de Pedro Terrasa. Estos dos últimos, Coca y Cerdà, se liaron la manta a la cabeza el pasado viernes e instaron al ejecutivo a dimitir de su cargo como director general. «La solución es que se marche Terrasa o nos marchemos nosotros». Pues, en las vísperas de este consejo, quizás estas palabras se les vuelvan en contra...

Y es que Terrasa, que acudirá a la reunión, no va a arrojar la toalla. Considera que no ha sido desleal a Serra Ferrer y no piensa en absoluto dimitir. Todo lo contrario.

Con este panorama, el consejo extraordinario se antoja determinante para el futuro de la institución. La tensión, como sucedió en la reunión del pasado lunes -que desembocó en la destitución de Erik Larsen, la semilla de la marcha de Michael Laudrup al día siguiente- recorrirá todos los rincones de Son Moix. No obstante, es posible que la cumbre, que ha generado una expectación mediática sin precedentes, desemboque en ninguna toma de decisiones notable. Todo es posible.

Los sucesos tomaron una velocidad de vértigo a veinticuatro horas del partido ante Osasuna y hoy, 72 horas después, el ciclón volverá a monopolizar todos los debates. La guerra es total y sus consecuencias resultan, a día de hoy, imprevisibles. Pedro Terrasa mirará hoy a la cara de los consejeros que le acusaron de filtrador, de provocar tsunamis mediáticos y de no dar la cara. Será la primera vez que coincidan después del terremoto del viernes.

También en el campo de batalla se reencontrarán los dos ban das. Por un lado, Serra Ferrer, Miquel Coca, Biel Cerdà -al que las peñas le han pedido públicamente la dimisión- y el alemán Utz Claaessen, cuya visión de la realidad es peculiar porque no convive con el día a día. Por el otro, Pedro Terrasa. Y, en medio, la familia Nadal -parece que se posiciona con la postura del director general- y Jaume Cladera. El presidente no está de acuerdo con la imagen que está transmitiendo la entidad en las últimas horas y parece ser que hoy realizará las funciones de pacificador.

La guerra volverá hoy a cobrar forma. Habrá que ver quién le pinta la cara a quién...