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Michael Laudrup ya es historia en el Mallorca. El danés, que durante la tarde del martes alcanzó un acuerdo para rescindir el contrato que le unía al club hasta el próximo 30 de junio, acudió ayer a ciudad deportiva para despedirse de la plantilla y abrochar una etapa que le ha mantenido al frente del conjunto bermellón durante los últimos catorce meses. El entrenador se marchó entre aplausos del campo de entrenamiento de Son Bibiloni tras despedirse uno a uno de los que eran sus futbolistas y se detuvo después ante los numerosos periodistas que aguardaban su salida para agradecer el trato recibido en todo este tiempo por parte del vestuario, la prensa y los aficionados del conjunto bermellón.
Laudrup, que se había desplazado muy temprano a las instalaciones de la carretera de Sóller, permaneció casi una hora en las oficinas antes de dejarse ver por última vez sobre el tapete. Allí le esperaban el plantel y el resto de los integrantes del cuerpo técnico y colaboradores, a los que deseó suerte de cara al futuro. Los saludó a todos de forma cariñosa y estos le respondieron con una calurosa ovación mientras se dirigía de vuelta a su vehículo. «Voy a echar mucho de menos a este grupo, ha sido un placer trabajar con ellos», explicaba a continuación. «Entrenadores, preparadores, utilleros, jefe de prensa... Voy a echar mucho de menos todo, pero esta es la mejor solución para el equipo, para que pueda tener tranquilidad. Quiero agradecer también el trabajo de Pedro Terrasa, que ha solucionado este tema muy rápido por el bien de todos», agregaba.
Laudrup, que evitó referirse de nuevo a Serra Ferrer, se dirigía también al mallorquinismo recordándole que «debe seguir apoyando al equipo como hasta ahora porque eso es muy importante. Me han tratado fenomenal en la Isla y me quedo aquí, así que podré seguir de cerca al equipo y al club», concluía.