El extremo uruguayo del Real Mallorca, Gonzalo Castro, posa para este periódico en las instalaciones del hotel de concentración de la expedición bermellona en tierras holandesas.

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Tras más de seis meses en el escaparate, Gonzalo Castro no cierra ninguna puerta. El uruguayo, que estaba llamado a protagonizar el culebrón del verano, se mueve tras la sombra del 'caso Webó', aunque él reitera que su situación tiene muy poco que ver con la del africano. El 'Chori' sigue sin ocultar que le gustaría dar el salto a un gran club. Lo reconoce abiertamente al tiempo que admite que su frustrado traspaso del último mercado de invierno le supuso «un pequeño bajón». Sin embargo, tampoco le da la espalda a una posible continuidad. Eso sí, siempre y cuando el Mallorca se adapta a sus pretensiones.

«No he hablado con el representante, ni con el club ni con nadie. Trabajo para estar al 100% para lo que toque», argumenta a modo de escudo en cuanto se le pregunta por su futuro. «No lo sé porque no tengo la capacidad de adivinarlo, pero uno trata siempre de mirar hacia adelante. Se habla y se va a seguir hablando hasta el 31 de agosto. Esperemos que si hay alguna noticia sea para bien», añade.

Salida

Lo que sí que tiene claro el extremo es que su salida debe trasladarle a un club de mayor tamaño. «Si me voy de Mallorca será para dar un salto hacia adelante y pelear por otros objetivos», mantiene. «Esa es la aspiración de todo jugador. Si no, siempre me he sentido bien aquí. Si me quedo habrá compromiso y antes que nada estaré agradecido al Mallorca porque fue el equipo que me dio la oportunidad de jugar en Europa. Seguiré trabajando para mantenernos en Primera y a medida que pase el campeonato ya iremos viendo la situación», abunda. Castro confiesa sin tapujos que «el salto siempre se ha planteado y ha habido equipos interesados. Eso es bueno y nos mantiene a la expectativa pero ahora hay que centrarse en el trabajo. Tenemos un mes por delante para ver qué pasa con estas novelas que se van creando y esperemos que se tome la mejor solución».

Conflicto

Hasta el momento, el punto más conflictivo de su situación se alcanzó en enero. El Mallorca negoció un traspaso con su agente pero las circunstancias entorpercieron aún más una operación ya de por sí compleja y eso acabó afectando a su rendimiento. «Cuando hay tanta oferta y se crea tanta ilusión a veces da un poco de bajón, pero estamos todos preparados para esto. Hasta diciembre había tenido muy buenas sensaciones y en lo personal después no tuve el rendimiento óptimo, aunque también el del resto del equipo descendió», matiza. Por eso, tampoco quiere descartar una ampliación de contrato, por utópica que parezca ahora. «Se hablará. Si hay alguna posibilidad de renovar se estudiará si es buena para el club y si es buena para mí y, si es así, bienvenida sea».

Lo que no le gusta a Castro es que se ligue su ejemplo con el de Webó. «Lo de Pierre es un caso delicado. El club ya tomó medidas y él también tuvo que tomar las suyas en Suecia», decía confirmando que el camerunés había forzado su ausencia ante el Hammarby.

El delantero y él comparten agente y esa es una de las razones por las que el uruguayo no fija ningún plazo. «Paco (Casal) está ahora está más ocupado con lo de Pierre que con lo mío. Hablamos antes de llegar al 'stage' pero no hemos vuelto a tener contacto. Soy consciente del trabajo que tiene con otros jugadores y me dijo que hiciera tranquilo la pretemporada, que en todo caso ya hablaríamos después. No hay nada en marcha», insiste.