Rafael Nadal firma un autógrafo, ayer, a su salida del aeropuerto de Son Sant Joan. | J. Lladó

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Después de casi un día y medio de viaje desde Melbourne, Rafael Nadal ya se encuentra en Mallorca para iniciar la recuperación de la rotura de fibras que le impidió competir en plenitud de facultades en los cuartos de final del Abierto de Australia. El número uno del mundo tiene previsto someterse a una serie de pruebas para determinar el alcance exacto de su lesión, aunque espera que el contratiempo ni altere su calendario ni le desvié del nivel con el que había arrancado el curso hasta que la enfermedad contraída en Doha mermó sus prestaciones.

«Me puedo imaginar lo que tengo, pero aún hay que saber el tamaño de la rotura. Ahora tengo que hacerme las pruebas pertinentes para saber el alcance exacto», valoró el manacorí , que dejó entrever que podría verse obligado a estar de baja un máximo de 15 días.

Acerca de su arranque en 2011, Nadal, que aseguró sentirse «bien» de ánimo, analizó que «lo había hecho todo perfecto, pero desde que comenzó el año ha habido un cúmulo de circunstancias negativas. Enfermé en Doha y a partir de ahí todo ha sido más difícil, porque el cuerpo ha estado bajo de defensas, lo que ha hecho que el rendimiento no haya podido ser el mismo. Además, también añadió que «no he tenido suerte. Tenística y físicamente me encontraba perfecto, si luego pasan cosas que no están previstas hay que aceptarlo y hay que seguir trabajando. Con el tiempo que estaré aquí intentaré volver a tener las mismas sensaciones que tenía antes de irme».

En cuanto a sus planes de futuro, Nadal aseguró que «en principio juego la Copa Davis, que es una prioridad, y no sé si jugaré algo antes, aunque no lo creo».

El balear negó que fuera una decepción no haber completado el 'Rafa Slam' (lograr su cuarto grande seguido) y valoró que afronta «cada partido y cada torneo con la misma motivación sin pensar si he ganado tres antes».