Imagen de la escuela de vela del Real Club Náutico de Palma. | Laura G. Guerra

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La lucha del Real Club Náutico de Palma sigue viva. De hecho, la entidad de referencia aprovechará su presencia en el marco del 40º Salón Náutico Internacional de Palma (24-28 de abril) para llevar a cabo una nueva medida de captación de apoyos, promoviendo una recogida de firmas en defensa de la prórroga de su actual concesión, objetivo que persigue la entidad que preside Rafael Gil para poder dar continuidad a su proyecto social y deportivo.

Los apoyos se podrán formalizar de manera presencial en el mismo Salón Náutico, donde habrá un expositor situado en las proximidades de la entrada de la feria, o bien rellenando el siguiente FORMULARIO. La campaña incluye la distribución de un folleto donde se explican las razones que llevan al Náutico de Palma a solicitar el apoyo de la ciudadanía y se recogen, de forma resumida, los principales logros deportivos alcanzados a lo largo de su historia, así como las cifras de licencias de sus secciones deportivas de vela y piragüismo.

La firma del manifiesto implica la adhesión a la solicitud para que el RCNP pueda ver prorrogada su vigente concesión mientras los poderes públicos adoptan las medidas legislativas necesarias a las que se han comprometido para garantizar la supervivencia del modelo de gestión de los náuticos.

El Real Club Náutico de Palma solicitó en 2015 una ampliación del plazo de su concesión para poder seguir desarrollando su actividad deportiva y social en las instalaciones que ocupa desde 1948, año de la fusión del Real Club de Regatas (1891) y el Club España (1916). El asunto está pendiente de una sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Baleares.

El Parlamento de las Islas Baleares aprobó hace dos meses una proposición no de ley instando al Ministerio de Transportes a promover de manera urgente la modificación de la Ley de Puertos del Estado para la protección de los clubes náuticos frente a la creciente especulación portuaria. En los últimos tres lustros han perdido su concesión los clubes de Mahón, el Molinar e Ibiza, y sus concesiones han sido ocupadas por sociedades mercantiles sin experiencia en el fomento del deporte.