Mónica Calzetta es la campeona del mundo de ajedrez en la categoría Máster 50. | Alejandro Sepúlveda -

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Fascinada por el mundo de las 64 casillas desde niña, Mónica Calzetta (Suiza, 1972) empezó a competir gracias a su profesor de Matemáticas de su colegio de Palma, que le inculcó la pasión por este deporte. Y desde entonces, la mallorquina no ha parado de ganar títulos. El último, campeona del mundo en la categoría Máster 50.

Siendo ajedrecista, ¿es difícil sacarla de sus casillas?
(Ríe). Qué le puedo decir... La verdad es que soy bastante tranquila, pero si insisten me encuentran.

Es suiza de nacimiento por los pelos.
Sí, nací allí porque mis padres trabajaban en aquel país. Pero a los seis años ya vivía en Mallorca, mi tierra. Fui al colegio Joan Miró y a los trece años ya jugaba competiciones.

Estudió Turismo en la UIB.
Empecé la carrera, pero coincidió con la Olimpiada de Manila de 1992 y al final el ajedrez me pudo más.

¿Ha valido la pena?
Rotundamente, sí.

¿A Bobby Fischer solo podía pararlo Mijaíl Tal?
Habría sido un match increíble. Eran dos grandes.

¿Qué habría pasado si Fischer hubiera aceptado jugar el campeonato de 1975 con Karpov?
Pues mire, eso es lo que más le reprocho a Fischer. Nunca sabremos lo que habría pasado. Habría sido el match del siglo, uno tan creativo y el otro tan rocoso.

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La jugadora mallorquina es una leyenda de las 64 casillas.

Usted se han enfrentado a los mejores del mundo también en categoría masculina.
Sí, he jugado contra Carlsen, Kasparov, Karpov o Anand. Son otra dimensión. Evidentemente, perdí.

¿Hay machismo en el ajedrez?
Con mis compañeros, no. Al principio, cuando empecé, sí es verdad que escuché algún comentario desafortunado del tipo: ‘Nunca había perdido con una mujer’. Yo me reía y les contestaba: ‘Lo siento, pero vas a perder con muchas más’.

Pues Judith Polgar ganó a Kasparov cuando era aquél era Dios.
Es verdad. Y Kasparov se comportó muy mal. Tocó una pieza y luego no la movió, algo que no se puede hacer. Lo hizo con Jutih, pero con un hombre no lo habría hecho. Debo decirle que a nivel federativo nacional sí he percibido machismo. Oía: ‘Empezará a jugar, pero lo dejará como otras’.

Tenemos dos glorias baleares: Arturito Pomar y Paco Vallejo. ¿Con cuál se queda?
Con los dos (ríe). Con Pomar jugué en 1987. Con Paco he jugado otras veces. Ya me ganaba con 14 años, es un genio. Ha innovado mucho en las aperturas.

El ajedrez está muy mal pagado.
Sí, mucho. Para los diez primeros del mundo no, pero para el resto está muy mal pagado y es algo que cuesta entender. Yo no podría vivir solo de los torneos. Tengo que dar clases online y presenciales.

Siendo la campeona del mundo imagino que tendrá ayudas del Govern y las instituciones.
Bueno... El Govern me da al año 1.300 euros. Y eso que es el que más me ha ayudado. En 2009 me dieron 12.000 euros y ahí fue cuando conseguí mis mejores resultados. Las ayudas cuando llegan se notan.

¿Las máquinas han acabado con el romanticismo en ajedrez?
Sí, ahora todos los jugadores van a consultar las jugada al módulo, para ver si se han equivocado o había una mejor. Antes los jugadores que acababan una partida intercambiaban entre ellos impresiones. Por un lado se ha perdido el romanticismo. Por otro lado, hemos ganado en precisión.

¿Qué título ganado valora más?
El actual, es el más importante. También recuerdo mucho un Zonal de 1995, iba la última en el ránking y gané ese torneo europeo.

¿Quién es su jugador favorito?
Rubinstein.

¿Y jugadora?
Judith Polgar.

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La campeona del mundo, en un momento de la entrevista con Javier Jiménez, el subdirector de Ultima Hora.

¿Juego táctico o posicional?
Siempre táctico.

Por eso siempre juega la apertura española o la defensa Siciliana.
Pues sí.

¿Los más grandes abren siempre con peón de rey?
No, no siempre. Los más grandes atacantes, sí.

¿Caballo o alfil?
Caballo, me apasionan. Pueden hacer las jugadas más sorpresivas.

Su pareja Sergio Extremera es también su entrenador: ¿Cómo entrenan?
Miramos muchas partidas en directo e intentamos adivinar la mejor jugada. También estamos muy al día en las aperturas y en las novedades teóricas.

¿Se pueden hacer trampas en el ajedrez?
Mire cómo ha acabado todo el lío de Carlsen con Niemann... Yo nunca las he percibido. Piense que te pasan un detector y no puedes llevar ni móvil. Te dan hasta el bolígrafo.

Ahora caigo: Es la mallorquina con más títulos. Incluso gana a Rafa Nadal.
(Ríe). Ya me gustaría poder compararme con él.