Magüi Calvo, en la pista de Magaluf poco antes de irse a Estados Unidos. | Pilar Pellicer

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Magüi Calvo empezó a practicar atletismo con 9 años y probó muchas disciplinas: salto de longitud, jabalina, vallas... «Fue poco a poco cuando vi que lo que más me gustaba era correr, pero correr rápido durante un tiempo prolongado y de eso trata el medio fondo. Me gusta también porque cada prueba se plantea de forma diferente, y es muy abierta, es decir, pueden pasar muchas cosas, sentir esa incertidumbre me encanta», explica esta joven de 18 años, cuyas mejores marcas en 800 metros son 2:15’23 y en 400 metros 59:90. Tras acabar sus estudios en el Ágora Portals, se decidió a proseguir su formación en Estados Unidos. «La oportunidad surgió gracias a una beca deportiva. El deporte en Estados Unidos está muy valorado y se dan muchas facilidades para poder compaginar estudio y deporte. El esfuerzo y las marcas que he ido mejorando a lo largo de los años, sobre todo en mi prueba, los 800 metros, es lo que me ha permitido emprender este viaje. La agencia AGM ha sido fundamental, me ha guiado y ayudado en todo el proceso que supone vivir la experiencia universitaria en Estados Unidos».

Magüi está estudiando Administración de Empresas en el Wagner College, ubicado en Staten Island, Nueva York. «Mi idea es cursar los cuatro años de carrera aquí e intentar enfocarlo al ámbito deportivo». El cambio de Mallorca a la Gran Manzana ha sido notable. «Cuando llegué al campus aluciné con lo grande que era. Hay muchos edificios donde viven los estudiantes. Yo estoy viviendo en Harborview Hall, que es donde están los estudiantes de primer año».

Morriña es una palabra que se le ha pasado muchas veces por la cabeza a Magüi en estos meses. «Al principio el estar tan lejos de España se hacía un poco raro. El primer día fue complicado emocionalmente. Siempre hay momentos en los que echas de menos a la gente, pero gracias al móvil se puede seguir en contacto». Sin embargo, a medida que iban pasando los días, cada vez estaba más contenta. «Las clases, la gente, Nueva York, los instalaciones, el atletismo... todo es increíble. Y aunque lleve poco tiempo aquí creo que soy muy afortunada por estar viviendo este ‘sueño americano’ y tengo ganas de ver lo que me depara el futuro».

Su día a día no da pie a la relajación. «Me levanto a las 6:20 de la mañana para ir a entrenar a las 7:00 con el equipo. Luego nos vamos a desayunar, me preparo y voy a las clases, que son dos o tres depende del día. Después tengo toda la tarde libre para ir a físio, estar con la gente de la universidad, ir a la ciudad o hacer los trabajos que nos mandan de clase. Los días son muy divertidos, se me pasan muy rápido porque siempre hay muchas cosas que hacer».

Esta joven se acuerda mucho de las personas que le han llevado hasta aquí: «Especialmente Pedro Cartes, del Sporting Calvià, mi actual club Pegasus Athletic Club, mi entrenador Carlos Ruiz y mi familia». Magüi no concibe su vida sin atletismo. «Me aporta mil cosas pero sobre todo felicidad, porque lo disfruto mucho. El simple hecho de ir a la pista de atletismo ya me saca una sonrisa cada día. El atletismo me ha hecho tener disciplina, capacidad de sacrificio, esfuerzo...valores muy importantes para la vida en general y me ayudan a ser mi mejor versión». A la hora de correr, Magüi deja la mente en blanco: «La verdad es que cuando corro no suelo pensar en nada, correr me ayuda a desconectar y me hace sentir libre».