Imagen de los técnicos, familias y deportistas reunidos el miércoles para valorar los pasos a seguir tras el cierre de las secciones deportivas de CampusEsport en la Universitat de les Illes Balears. | Teresa Ayuga

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«Nos duele porque somos personal y nos están despidiendo, pero lo que más impacta es ver lo afectados que estaban todos los niños», explica Carmen Romero, entrenadora de natación artística, tras la reunión de urgencia mantenida con las familias para buscar explicaciones al cierre de las secciones de CampusEsport que deja a más de 200 jóvenes sin su club de fútbol, waterpolo, natación artística, atletismo y triatlón. Buscan unas explicaciones que nadie les da y tienen preguntas sin respuesta por parte de los responsables de la entidad dependiente de la UIB que remite a su comunicado como única aclaración.

«Nos sentimos engañados porque no nos cuadran las explicaciones que han dado. Se lavan las manos. No sabemos de dónde salen las cifras de pérdidas que dicen en su carta y por qué sí es viable la natación cuando es la sección con menos inscritos», razona Carmen Romero, que, junto a otros 14 técnicos se quedan sin trabajo con esta decisión en la que también ve un trasfondo político por el momento del anuncio. «Los presupuestos estaban cerrados en enero y ya sabían cuál era la situación económica y los pasos a seguir. Entiendo que ya tenían decidido que iban a cerrar las secciones porque no es algo que se decida de un día para otro, pero siempre nos habían transmitido tranquilidad. Los propios directivos nos han trasladado que se había retrasado la oficialidad hasta después de las elecciones», comenta.

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Los tiempos dejan dudas y muy poco margen de maniobra a los afectados, que no entienden que se informe de una medida de este alcance a apenas un mes de iniciarse la pretemporada para algunos o la campaña para otros. Si la situación era tan crítica y la medida tan drástica se ha demorado la comunicación hasta dejar a las familias con escaso poder de reacción para encontrar alternativas. Hasta el martes todas las informaciones que les hacían llegar a los entrenadores era de tranquilidad y de continuar con un proyecto cuya gestión también les deja incógnitas por despejar. Y es que, pese a las pérdidas, no se buscaron vías para obtener recursos o subvenciones. Aunque la condición de fundación de la entidad impida algunas fórmulas de ingresos directos, la ausencia de vías alternativas para aliviar las arcas ha sorprendido a los entrenadores y familias, que en muchas ocasiones se pusieron a disposición de los responsables para facilitar aportaciones.

Los técnicos y padres remitirán cartas tanto a la conselleria d'Esports como a las instituciones y federaciones en busca de una solución que ya ven muy compleja a tan poco tiempo vista. También solicitan una reunión con el rector de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y pondrán en marcha una recogida de firmas «para que al menos alguien nos escuche», ya que hasta la fecha las únicas explicaciones por parte de los responsables de CampusEsport se limitan al comunicado remitido a las familias.

La vuelta atrás se presume muy compleja y la propia entidad ya se ha encargado de eliminar cualquier rastro de las secciones que desaparecerán en semanas tanto de la página web como de los distintos perfiles en las redes sociales en los que se ofrecían los resultados e información de los diferentes equipos.