Imagen de alumnos y entrenadores del Dochan Fighting Club. | Pere Bota

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El deporte de contacto, hasta hace pocos años considerado solo apto para adultos, se ha convertido en la vía por la que el Dochan Fighting Club ofrece una alternativa para ayudar a niños y niñas de familias desestructuradas o con menos recursos económicos en la barriada palmesana de La Soledat Sur. Luis Reboredo, junto a su socia Marina Calmaestra, afianza su proyecto dirigido a jóvenes de entre 8 y 16 años con la idea de que disfruten de la actividad física, el deporte y, al mismo tiempo, aprendan unos valores tan útiles en la competición como en la vida.

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Luis Reboredo, además de llevar el gimnasio desde hace tres meses, es militar y su socia es auxiliar de enfermería, y con esto quieren crear una buena disciplina y un buen entorno de trabajo. Su nuevo proyecto, que es un reto para sus vidas, está yendo por buen camino. Tiene varios niños que han podido competir en categorías escolares e incluso algunos ya han debutado en campeonatos de España con resultados notables.

Uno de los grandes problemas que tiene Luis con su nuevo proyecto es la financiación. Los inscritos en su gimnasio provienen de familias con pocos recursos económicos y a la mayoría se les hace cuesta arriba tomar parte de las competiciones que se desarrollan tanto en la Isla como fuera. Por el momento tiene el apoyo de algunos patrocinadores y también la Federación otorga ciertas facilidades a los deportistas con licencia. El coste de los desplazamientos es un hándicap, ya que competir fuera es la mejor vía para calibrar el nivel de los alumnos y consolidar la progresión de los deportistas.

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Otra de las ideas que tiene junto a su exprofesor de instituto del Sant Marçal es poder incorporar en su gimnasio alumnos con becas ofreciéndole un año gratis con el fin de poder enseñarles el deporte en sí y ayudar a que estos niños crezcan en otro entorno menos conflictivo al que están habituados.

En el Dochan Fighting Club quieren potenciar que sus alumnos, a pesar de estar haciendo este deporte de contacto, no lleven esa disciplina fuera del entorno del gimnasio. Luis es muy exigente con sus estudiantes y les exige un pequeño sacrificio a la hora de cuidar su alimentación. No en vano quiere formarlos en una vida saludable al mismo tiempo que vigila que no sobrepasen los parámetros permitidos por categorías, que se establecen por edades y peso. «También les exijo a mis alumnos que vengan con una buena higiene, y con su respectiva equipación, es importante que muestren una buena imagen», añade el entrenador.

Para que sus alumnos se lo tomen en serio, les ofrece diferentes charlas informativas de profesionales con el objetivo de motivarlos y que sigan tomándose en serio una modalidad que beneficia la actividad física. «Enseñamos kick boxing, k1 y MMA (Artes Marciales Mixtas), pero no todas las disciplinas son válidas para todas las edades, los más pequeños hacen la de kick boxing», detalla Luis Reboredo.

Por último, le encantaría poder plantear a la Federación el crear un evento para el mes de septiembre con diferentes modalidades de este deporte y así conseguir una pequeña recaudación y ofrecerle a sus discípulos más salidas a la península y que puedan participar en otras competiciones en las que les servirá para tener más rodaje, casi el mismo del que disponen sus rivales por el simple hecho de poder desplazarse con mayor facilidad. Esto sería una gran ventaja para poder motivar a sus deportistas.