El ‘Sonata’ durante su excelente regata de este sábado. | Nico Martí­nez

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Palma vivió este sábado uno de los días más calurosos del verano. Todo hacía presagiar una jornada de viento muy débil, pero, una vez más, el embat hizo acto de presencia en la bahía de la capital balear durante el tiempo justo para que la flota de la Regata Illes Balears Clàssics pudiera completar un recorrido de dieciséis millas náuticas. Las condiciones fueron muy similares a las del viernes, con algo más de ola y algunas roladas.

La organización optó por dar una salida conjunta para las tres clases en competición, lo que le dio mayor emoción y vistosidad al momento en que las embarcaciones cruzan la línea imaginaria establecida entre el barco del Comité de Regatas y el visor. Barcos de Época (anteriores a 1950) y Clásicos (hasta 1976) enfilaron la primera baliza situada en el centro de Bahía de Palma para realizar, a continuación, un recorrido en forma de ocho. La meteorología se mantuvo contante durante toda la competición: 12 nudos de componente sur bajo un cielo despejado pero plomizo.

El Sonata (1937), del armador Jordi Cabau, se adjudicó la prueba en la clase Época y se situó al frente de la clasificación general, empatado a tres puntos con el FJord III (1948), de W. Scott Perry, que ayer fue segundo. Ambas embarcaciones se jugarán la victoria final en la jornada de este domingo.

Dominio

En Clásicos, el Argos (1964) sumó su segundo triunfo parcial y se postula para la renovación del triunfo obtenido en la edición del pasado año. La tripulación liderada por la armadora neoyorquina Bárbara Trilling volvió a demostrar una gran solvencia en su cerrada pugna con el Giraldilla (1963), de la Fundación Vela Clásica de España. El Salina Tres (1984), de la armadora M. Pérez, desbancó al January Sails (1973), patroneado por Gabriel Català, del liderato de la clase RI Clásicos.

El Rosendo (1949), del armador Eduardo Jardón, sufrió una vía de agua cuando se dirigía a puerto tras la regata. Se trata de una de las piezas en activo más valiosas del patrimonio naval mallorquín y no se hundió gracias a la rápida intervención de una lancha del Comité.