Imagen de la jugadora mallorquina Nuria Iturrioz durante un torneo. | Redacción Deportes

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Mesa, en Arizona, es el punto de partida de un nuevo desafío de Nuria Iturrioz en Estados Unidos. La golfista de Son Servera persigue en el circuito Symetra, el segundo escalón del circuito norteamericano, la tarjeta completa que le permita competir con las mejores del mundo y alimentar el sueño de disputar los Juegos Olímpicos de Tokio.

«Mi objetivo es establecerme en la LPGA porque ahora tengo la tarjeta condicionada, pero por ahora no me pongo metas a nivel de ránking o resultados. Me marco objetivos semana a semana, aunque realmente quiero pensar golpe a golpe», explica la mallorquina en los albores de la que será su tercera temporada compitiendo en Estados Unidos quiere dar continuidad a su progresión.

Trabajo

Las buenas condiciones meterológicas de las que puede presumir Mallorca y el alivio en las restricciones motivadas por la pandemia de coronavirus le permitieron engrasar la maquinaria en Son Servera bajo la batuta de su entrenador José Luis Palacios ‘Chiqui’, el preparador físico Sebastiá Rigo y el psicólogo Marc Sansó. «En la parte técnica he trabajado mucho para ganar fuerza y más velocidad con el palo y en el aspecto mental hemos puesto el foco en canalizar positivamente mi ansiedad por ganar», comenta.

Como competidora nata se le ha hecho cuesta arriba el tiempo de espera hasta el inicio de la temporada, en especial, en las semanas previas a su viaje a Estados Unidos. «Acepté bien el tiempo de confinamiento porque por las circunstancias lo mejor era estar en casa, pero desde que empezó 2021 se me ha hecho muy largo porque estaba acostumbrada a empezar el año en Australia y no hemos tenido la misma suerte que el tenis, que sí pudo viajar y jugar sus torneos», valora la jugadora mallorquina, que no competía desde el pasado 11 de diciembre.

En mayo el pistoletazo de salida del circuito europeo la llevará a reordenar su calendario en función de los resultados cosechados y el panorama que se dibuje en su horizonte competitivo, donde ve como algo lejano tomar parte de los Juegos Olímpicos de Tokio. «Sin duda es un sueño, pero la verdad es que es muy difícil. Tengo delante a dos jugadoras de gran nivel como Carlota Ciganda y Azahara Muñoz y es complicado, pero nunca se sabe que puede pasar», afirma.

A sus 25 años y tras un 2020 en el que apenas pudo disputar seis torneos por la interrupción a la que obligó el coronavirus, quiere rememorar los buenos resultados cosechados en 2019, cuando consiguió el status por primera vez en la LPGA a traves de las QSeries. Y es que hace dos años dio mucho brillo a un palmarés que inauguró en 2016 y al sumar cuatro victorias en Alhabama, Dubai, Málaga y Marruecos. Iturrioz arranca 2021 con ilusión y siempre con la pasión por el golf y la competición como su mejor aliada para seguir abriéndose camino entre la élite internacional.