Manuel Hernández, en las oficinas de Unisport Consulting. | Mercedes Azagra

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No fue una decisión fácil. Pero las circunstancias llevaron a la Challenge Ciclista a Mallorca a aplazar la edición número treinta de uno de los grandes eventos deportivos del calendario mallorquín. Y de los más longevos sin interrupción alguna en la agenda del pelotón profesional en España. La entrada de Mallorca en Fase 4 dentro de la alerta sanitaria por la COVID-19 y la limitación a 50 personas como máximo en cualquier competición, suponía un duro hándicap para la cita que abría cada año el programa de grandes eventos deportivos en la Isla y el calendario de ruta en España y, muchas otras veces, en Europa y en todo el mundo.

La dificultad del momento ya puso en alerta a la organización semanas atrás. Pese a tener programado del 28 al 31 de enero, «ya trabajábamos en un Plan B, C, D y los que hicieran falta. Veíamos que la situación podía complicarse, y de hecho lo ha hecho. Y mucho», refiere el director general de Unisport Consulting y de la prueba, Manuel Hernández, que ya había preparado un estricto protocolo sanitario destinado a crear una ‘burbuja’ en torno a la carrera.

«Enseguida encontramos la ayuda de Garden Hotels y del Ajuntament d’Alcúdia para poder desplegar esa ‘burbuja’ que teníamos planificada. Con un hotel para equipos y organización, un espacio reservado únicamente para la carrera y todas las medidas sanitarias», añade Hernández.

Cobertura

El protocolo sanitario de la Challenge Ciclista a Mallorca 2021 tenía apartados específicos para los corredores y equipos, el control de firmas, la ceremonia de entrega de trofeos, el personal de organización, el jurado técnico, la prensa, la oficina permanente o el control antidopaje. Con las limitaciones de público y la opción de hacerla sin él sobre la mesa, en función de la decisión de las autoridades sanitarias de Balears, además de los planes de actuación en caso de contagios, positivos o la aparición de un posible brote.

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En ese sentido, Unisport Consulting ha encontrado en todo momento la complicidad de las instituciones. «El apoyo y la implicación de todas ellas ha sido fuindamental en un momento tan duro», añadía Hernández, quien quiso agradecer especialmente «el respaldo de la consellera d’Esports del Govern, Fina Santiago, y del director general, Carles Gonyalons. Igual que a Andreu Serra, por parte del Consell y de los ayuntamientos implicados. De hecho, muchos patrocinadores ya nos han dicho que seguirán. Y se agradece», prosigue el máximo responsable de la Challenge.

Consultas

Confirmado el aplazamiento tras días intensos de contactos y conversaciones entre todas las partes, a través del Consejo del Ciclismo Profesional (CCP) y la Asociación de Organizadores se ha solicitado a la Unión Ciclista Internacional (UCI) el cambio de fecha. Tras tantear a varios de los principales equipos, la opción de correr la Challenge del 13 al 16 de mayo convenció a todos. «Ahora, la UCI contestará afirmativa o negativamente. Valoraremos si se cancela esta edición si no se puede en mayo», advierte de manera clara Manuel Hernández, quien espera poder llevarla a buen puerto «y darle lo que se merece la carrera en su edición número 30».

Irse a septiembre u octubre sería otra baza, pero pensando en enero de 2022, es poco factible.

Un invierno sin profesionales en Mallorca

La pandemia, las restricciones en Mallorca y las dificultades para viajar a la Isla han hecho que este invierno no haya concentraciones de equipos del UCI World Tour por nuestras carreteras. Escuadras como INEOS-Grenadiers, el Lotto-Soudal de Tim Wellens (en la imagen), Codifis, Bora-Hansgrohe o Trek-Segafredo, que durante los últimos inviernos habían elegido diferentes rincones de Mallorca para preparar, incluso desde el mes de diciembre, sus temporadas, realizar sus ‘Trainning Camps’ e incluso sus presentaciones a nivel mundial, han cambiado este año de escenario, eligiendo Alicante, Andalucía o, en el caso del INEOS-Grenadiers, uno de los más veteranos en la zona de Alcúdia, en 2021 se han instalado en Canarias. La posibilidad de entrenar con buena temperatura y menos tráfico del habitual en los meses de diciembre y enero, las buenas comunicaciones con Europa y la posibilidad de redondear su estancia con la participación en la Challenge, eran alicientes añadidos para los equipos, que cada pretemporada eran más, reafirmando el potencial ciclista de la Isla.