Horrach ha cumplido con este desafío una promesa que se hizo cuando se estaba recuperando de una operación para extirparle un tumor del cuello.

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El Récord de la Vuelta a Mallorca a vela, organizado por el Real Club Náutico de Palma, ya tiene un nuevo listón para navegantes en solitario en barcos de eslora no superior a 40 pies. El regatista Eduardo Horrach estableció este lunes la primera marca de esta categoría al detener el crono en 25 horas, 5 minutos y 58 segundos a bordo del Azuree, una embarcación de 33 pies, y vio cumplida de este modo la promesa que se hizo a sí mismo tras superar un cáncer de cuello en 2017.

La travesía se inició el pasado domingo a las 08.04 horas y ha concluido esta mañana a las 09.10 horas en la enfilación entre el Dique del Oeste y el faro del Portitxol.

Horrach optó por la ruta de levante, en sentido contrario a las agujas del reloj, y navegó a muy buen ritmo durante más de la mitad de la travesía. Sin embargo, tras doblar el Cabo de Formentor el viento bajó a menos de diez nudos de intensidad y se mantuvo de componente sur, lo que obligó al desafiante a recorrer toda la costa norte en rumbo de ceñida. Los partes anunciaban una rolada a Mistral (NO) que finalmente no se produjo, circunstancia que impidió terminar la vuelta en menos de 24 horas. En el tramo de Dragonera a Palma, el Azuree volvió a avanzar con portantes, pero la larga madrugada bajo los imponentes acantilados de la Serra de Tramuntana hipotecaron cualquier posibilidad parar el reloj por debajo de una jornada.

Con todo, las 25 horas y 5 minutos son una «primera marca» que no será fácil de superar para los futuros navegantes solitarios que intenten el desafío. Salvo en condiciones muy concretas, la vuelta a Mallorca requiere negociar vientos de proa; si estos son flojos, como en esta ocasión, la conclusión de la travesía sin caer en la tentación de desprecintar el motor y retirarse es en sí misma una hazaña.

Conscientes de lo que significa permanecer 25 horas de guardia, numerosos socios y amigos de Eduardo Horrach han acudido esta mañana al Real Club Náutico de Palma para testimoniarle su admiración y respeto por la consecución de un reto que, en su caso, tiene el valor añadido de haberse llevado a cabo tras sobreponerse a una grave enfermedad. Entre ellos han estado su mujer, Cristina España; los navegante Xisco Estarellas, amigo personal del patrón, y Nacho Postigo, quien le ha ayudado con el ruting; y el comodoro del RCNP, Jorge Forteza, en representación de la entidad organizadora.

TRAS SUPERAR UN CANCER

Horrach ha cumplido con este desafío una promesa que se hizo cuando se estaba recuperando de una operación para extirparle un tumor del cuello. «Un día entre en la página del club y vi que acaban de ampliar las categorías del récord. En aquel momento todavía me costaba mover los brazos, pero marqué el reto de intentarlo en solitario en cuanto pudiera», explicó el navegante, quien fuera miembro de la tripulación del Bribón y cuya trayectoria incluye «incontables millas» y un cruce del Atlántico en una expedición contra el cáncer.

Desde que se fijó la fecha de inicio del récord, Horrach fue reduciendo la medicación que toma para paliar las molestias crónicas que han resultado de la cirugía, ya que le producen somnolencia. Nada más cruzar la línea de llegada confesó estar «cansado», aunque bromeó con la posibilidad de «dar otra vuelta» sin detenerse: «A ver si hago un mejor tiempo».

El Real Club Náutico de Palma ha realizado un control exhaustivo de la ruta del Azuree, tanto desde tierra, con un equipo desplazado a cada uno de los principales faros de la isla de Mallorca, como a través de un tracking de acceso público.

UN RÉCORD, DISTINTAS CATEGORÍAS

El Récord de la Vuelta a Mallorca tiene una categoría absoluta y otras destinadas a embarcaciones de distinta tipología, ya sea por su eslora o forma (monocascos y multicascos) o por el número de tripulantes.

El VO70 Trifork, del armador danés Joern Larsen, pulverizó el pasado mes de enero el récord absoluto de la vuelta a Mallorca a vela al detener el cronómetro en 13 horas, 15 minutos y 17 segundos y superar en casi cuatro horas la marca establecida por el maxi alemán UCA en el mes de abril de 2005. El desafío se desarrolló durante la tormenta Gloria, que trajo a Baleares vientos sostenidos de más de 40 nudos y levantó olas de hasta 7 metros.