Sete Benavides (RCN Port de Pollença) posa junto al asturiano David Fernández. | Redacción Digital

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El nuevo ciclo olímpico trae casi siempre cambios. Y en el caso de Sete Benavides (RCN Port de Pollença), la eliminación del programa de los Juegos de Tokio 2020 del C1 200 metros masculino (dando entrada a la distancia femenina), prueba en la que es doble diploma -cuarto en Londres y Río- y multimedallista continental y mundial, ha llevado al palista y su técnico, Kiko Martín, a tomar decisiones.

El proyecto olímpico en marcha desde las aguas del Lago Esperanza pasa por el reciclaje. Ahora, Sete pasará al fondo de los mil metros, aunque en primer término el objetivo es formar un C2 de garantías para preparar el largo camino que conduce hacia los próximos Juegos.

Eso sí, la puerta del C1 1000 metros, disciplina en la que el gallego David Cal marcó una época, está abierta para Benavides, que ha iniciado un primer tramo de intensidad de la temporada tras el parón posterior a Río.

Buscar un compañero de calidad y con ambición es el reto que se plantean Sete y el técnico Kiko Martín, con el proyecto de canoa centralizado en el Lago Esperanza durante los próximos años.

La primera elección ha sido el asturiano David Fernández Marqués, piragüista asturiano con experiencia extensa a nivel estatal y kilómetros de recorrido en competiciones internacionales. David Fernández ha viajado hasta Mallorca para ejercitarse junto a Sete en Alcúdia y captar las primeras sensaciones de la embarcación en una semana de tests que han dejado «buenas vibraciones» a Sete y Kiko Martín.