El delantero de la selección española de fútbol Diego Costa celebra el gol durante el partido contra la selección de Liechtenstein para la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018. Foto: EFE/J. Casares.

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España 8-0 Liechtenstein

España: De Gea; Sergi Roberto, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Thiago, Koke; Vitolo (Asensio, m.79), Silva y Diego Costa (Morata, m.68).

Liechtenstein: Jehle; Rechsteinet (Yildiz, m.71), Polverino, Kaufmann, Goppel; Martin Buchel, Marcel Buchel, Salanovic (Wolfinger, m.78), Wieser, Burgmeier; y Nicolas Hasler.

Goles: 1-0, m.10: Diego Costa. 2-0, m.55: Sergi Roberto. 3-0, m.59: Silva. 4-0, m.60: Vitolo. 5-0, m.66: Diego Costa. 6-0, m.82: Morata. 7-0, m.83: Morata. 8-0, m.92: Silva.

Árbitro: Lee Evans (Gales). Amonestó a Kaufmann (12), Polverino (26) y Hasler (51), de Liechtenstein.

Incidencias: encuentro de la primera jornada del Grupo G de la fase de clasificación al Mundial 2018 disputado en el estadio Reino de León, lleno, con 13.450 espectadores en las gradas.

La selección española inició su camino al Mundial de Rusia con una exhibición goleadora en una segunda parte impecable, en la que marcó siete de sus ocho tantos en la mayor goleada de su historia ante Liechtenstein (8-0), la noche que Diego Costa puso fin al debate en torno a su falta de gol con la Roja.

El primer partido oficial de Julen Lopetegui extendió la ilusión del debut frente a Bélgica. España pasó del atasco a la brillantez, de la falta de pegada a un recital goleador gracias a un movimiento táctico con un cambio en el descanso. La entrada de Nolito y el desborde por las dos bandas fueron decisivos en un encuentro que deja una apasionante lucha por la posición de delantero centro.

El partido esperado por todos no tuvo una buena lectura de España en el primer acto. Solo dos tiros a puerta no plasmaron en el marcador su dominio total. Faltaron buenas lecturas en los últimos metros, una mejor elaboración de las jugadas y remate, sobre todo remate.

Lo puso Diego Costa cuando nació el duelo y apenas se cumplían diez minutos. Tocaba España sin la profundidad necesaria para encontrar espacios en el muro construido por Liechtenstein y la atención estaba en el comportamiento de la afición de León con Gerard Piqué.

En el Reino de León se inició una moda de poco sentido con los silbidos a uno de sus jugadores. Los aplausos se impusieron meses después tras una Eurocopa en la que el central terminó de ganar adeptos por su compromiso.

La primera llegada de España fue gol. Un centro de la falta lateral medido de Koke encontró el preciso remate de cabeza de Diego Costa. En la ocasión en la que menos tuvo que pensar rompió su maldición. Su segundo gol con la Roja, de cabeza cruzado, arriba, imparable para Jehle. El primero fue hace casi dos años en un barullo en el área. El día que se quite la ansiedad será temible. Y va camino tras al fin brillar en Bruselas.

El tanto no desató el vendaval esperado de España, que sin apuros atrás y con un saque de esquina en contra como mayor peligro, no encontró la pausa necesaria en los metros decisivos. Vitolo era el único que brillaba en lo que pedía el partido. Abrir el campo, desbordar por las bandas y buscar centros con peligro.

Diego Costa seguía buscando goles que mejoren sus estadísticas y era Koke el que acariciaba el gol en una acción de córner ensayada. Recibió solo en la frontal del área y su disparo lo sacó Polverino, con Vitolo cazando un balón muerto pero encontrándose con la estirada del portero rival.

Fue la única ocasión en la que una España previsible culminaba sus acciones. Exceso de toques en los últimos metros justificaban la seriedad de Lopetegui en el banquillo, que meditaba retoques.

Necesitaba desborde en las dos bandas y decidió quitar en el descanso a un futbolista del centro del campo, Thiago, para meter a Nolito por una banda y hacer daño por cualquier zona de ataque.

La renovación de ilusión con la llegada de un nuevo seleccionador es indiscutible en los internacionales españoles. Su entrega encontró el premio con el cambio radical de imagen en el segundo acto que, como no, nacía con un nuevo desborde de Vitolo que encontraba en su disparo cruzado la parada de Jehle. Era el aviso de lo que le esperaba.

Llovieron goles, hasta cuatro en once minutos, en cuanto España añadió disparo. Primero Koke se topó con la cruceta en una falta perfecta, antes de que Nolito mostrase que la importancia que se ganó con Del Bosque está más que justificada. Inventó un pase al espacio con túnel al rival, a la carrera de Sergi Roberto. La sorpresa del once de Lopetegui definió con un toque preciso con la derecha.

Los goles son importantes en un grupo duro en el que España se la jugará con Italia por el puesto que da acceso directo al Mundial de Rusia. Provocó que tras un gol se buscase otro segundos después. Nolito buscaba el suyo con un disparo cruzado y lo encontraba Silva, en otra buena acción de Vitolo.

Solo un minuto después la gran noche de Vitolo encontró el broche con su tanto. La conexión canaria volvió a aparecer y Silva devolvió el favor. Cada llega era gol y Diego Costa silenciaba el debate en torno a su figura con su doblete. Pensó en el mano a mano y falló. A placer de cabeza no había opción para el error.

Se marchó por segundo día consecutiva feliz y su sustituto, Álvaro Morata, demostró en pocos minutos que no está dispuesto a ceder el puesto de nueve. Firmó dos buenos goles en la recta final, el primero tras un recorte y con un potente tiro. Su doblete, con la ayuda del portero, lento ante el disparo del madridista.

Silva ponía el fin de fiesta tras ver como le anulaban un tanto legal y marcó el segundo con un preciso zurdazo en una preciosa acción que redondeaba la mayor goleada de España a Liechtenstein y llena de moral a la Roja antes de un octubre clave, en el que visita a su último verdugo, Italia.