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El expresidente de la Federación de Fútbol de Guatemala Brayan Jiménez, prófugo de la Justicia desde diciembre pasado, fue arrestado este martes por su presunta participación en un caso de corrupción en la FIFA, conocido como 'FIFAgate'.

Según la Policía Nacional Civil (PNC), Jiménez fue capturado en un allanamiento en la capital guatemalteca, y en su contra existe una orden judicial con fines de extradición a Estados Unidos.

Jiménez, reelegido en 2013 hasta el año 2017, está acusado, según la orden de captura en su contra, de los delitos de criminalidad organizada y lavado de dinero, por su supuesta participación en un nuevo caso de corrupción dentro de la FIFA.

La detención de Jiménez, en busca y captura desde el pasado 4 de diciembre, se produce después de dar «vigilancia y seguimiento al caso», que permitió localizar al expresidente en un edificio.

Las imágenes difundidas por la policía muestran a Jiménez desaliñado, con barba y más delgado.

Jiménez fue separado de la presidencia de la federación el 4 de diciembre, al igual que Héctor Trujillo, secretario general de la institución y magistrado de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, también implicado en el caso.

Según el informe del Departamento de Justicia estadounidense, en marzo de 2010, Jiménez, en su cargo de presidente de la federación, aceptó un soborno «de seis dígitos» por los contratos de televisión de los partidos de calificación para el Mundial de 2018 junto a Trujillo, secretario general, y Rafael Salguero, uno de los tres representantes de la Concacaf en el comité Ejecutivo de la FIFA.

En febrero de 2014, Jiménez y Trujillo negociaron con la misma empresa, Media World, un nuevo acuerdo por los derechos de televisión para la clasificación al mundial de Catar 2022, por el cual ambos mandatarios recibirían un pago de 200.000 dólares.

Jiménez percibiría, según la investigación del Departamento de Justicia, otros 200.000 dólares adicionales.

Trujillo, que fue capturado en Estados Unidos cuando viajaba en un crucero con su familia, fue puesto en libertad bajo una fianza de 4 millones de dólares el pasado 7 de enero.

El expresidente y el exsecretario son dos de los 16 altos cargos y exdirectivos de la FIFA acusados formalmente el pasado 3 de diciembre por las autoridades estadounidenses de dispensar «Justicia mientras solicitaban sobornos y vendían su influencia dentro de la FIFA».

La investigación por sobornos, que alcanzarían los 200 millones de dólares, incluye 92 cargos por delitos que van desde organización mafiosa y fraude masivo hasta blanqueo de dinero, según el Departamento de Justicia.

Se prevé que a lo largo de esta tarde el expresidente de la federación de fútbol sea trasladado a Torre de Tribunales.