La marca que fabrica las canoas de Benavides ha diseñado una con el diseño de un proyectil, que debe volar en Milán. | Teresa Ayuga

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Lanzada la cuentra atrás para Río, Sete Benavides afronta un momento que lleva tres años esperando. Desde aquel 11 de agosto de 2012, el objetivo del piragüista del Real Club Náutico del Port de Pollença y su entrenador, Kiko Martín, no es otro que volver a estar en los Juegos. Y las plazas directas se pondrán en liza en unos días, en el Campeonato del Mundo de Milán (19 a 23 de agosto).

En el Idroscalo Club, la esperanza española en canoa C1 200 metros será uno de los exponentes del equipo nacional y, además, intentará sacarse la espina de Moscú 2014 -acabó cuarto- y volver a lograr medalla, «aunque una vez en la final, vamos a salir a por el oro. Esa es la mentalidad con la que hay que ir a Milán, pues hay mucho en juego», explicaba Benavides, subcampeón de Europa y ganador de la Copa del Mundo este año.

El jueves 20 será la hora de Sete. Ese día se dirimirán las series clasificatorias y las semifinales. Superarlas le permitirá, además de posicionarse de cara al podio y al título mundial, dar un paso al frente muy importante de cara a la clasificación para Río 2016.

De hecho, los siete primeros de la final (sábado 22) lograrán plaza olímpica, por lo que una medalla vendría acompañada de un premio extra. Y en caso de no pisar el podio, tener billete para los Juegos será la recompensa.