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Tres de los cuatro finalistas de la presente temporada en Europa son españoles. Una final histórica entre Real Madrid y Atlético, dos equipos de la misma ciudad por primera vez, y otro conjunto de la Liga pujando por la Europa League. Lo nunca visto. Jamás desde que existen dos competiciones tres equipos del mismo país habían alcanzado la gran final.

El Atlético de Madrid completó en Londres su enésimo desafío con el acceso a la final de la Liga de Campeones 40 años después, un reto más superado por un equipo sin límites con el argentino Diego Simeone, con cuatro finales jugadas, otra a la vista, tres títulos y la Liga a sólo dos triunfos.

«Juega cada partido como si fuera el último», lucían los jugadores en unas camisetas conmemorativas en el viaje de vuelta a Madrid, tras la conquista de Stamford Bridge, calcando una frase del técnico Diego Simeone y algún jugador en las últimas semanas, en esa evolución del discurso del «partido a partido» al «final a final».

Al alza

El Atlético ha llegado al último tramo del curso en su mejor momento de la temporada, con nueve victorias seguidas en Liga y quince encuentros oficiales invicto, doce de ellos ganados, y ante una ocasión única en su historia; a tres triunfos de una gesta formidable, de conquistar otra Liga y su primera Liga de Campeones.

Cuatro partidos marcan su futuro más inmediato, los duelos de Liga frente al Levante, el Málaga y el Barcelona, en los que seis puntos son suficientes para proclamarse campeón de esa competición después de 18 años, y el choque del próximo 24 de mayo en Lisboa frente al Real Madrid por el título del máximo torneo continental.

«Queda mucho, hay que recuperarse bien y pensar en el próximo partido contra el Levante», explicó Simeone, el protagonista indiscutible del imparable crecimiento del Atlético, de una transformación que comenzó a finales de diciembre de 2011 y que ha alcanzado cotas altísimas, quizá inimaginables, en la actualidad. Porque el Atlético, desde aquella derrota por 0-1 con el Albacete, un Segunda B, en el Vicente Calderón que significó su eliminación de la Copa del Rey, el despido de Manzano y la contratación de Simeone, ha superado cualquier obstáculo o desafío que le propuso la competición con naturalidad y determinación.

En apenas cinco meses, desde su primer entrenamiento al mando del Atlético, el 29 de diciembre de 2011, su equipo ganó la Liga Europa en Bucarest. Luego, en agosto de 2012, se adjudicó la Supercopa continental con un 1-4 al Chelsea, y más tarde se clasificó para la Liga de Campeones en 2012-13, el objetivo marcado al inicio.

También ganó la Copa del Rey después de 17 años, en la final en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid del 17 de mayo de 2013; acabó con la racha de 14 años sin vencer un derbi; con diez partidos consecutivos sin doblegar al Barcelona... El salto del equipo esta temporada ha sido tal que ahora pelea por la Liga y la ‘Champions'.