Fotografía de archivo tomada el 16 de marzo de 2012 que muestra al piloto alemán de Fórmula Uno, Michael Schumacher en el circuito Albert Park durante el Gran Premio de Fórmula Uno de Melbourne (Australia). | Efe

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El excampeón de Fórmula Uno Michael Schumacher esquiaba a una velocidad «normal» pero lo hacía fuera de unas pistas que estaban bien balizadas, cuando sufrió el pasado 29 de diciembre el accidente que lo mantiene en estado crítico, según la versión de los investigadores.

El análisis del vídeo grabado con la cámara que Schumacher llevaba en el casco muestra que no se evidencia «una voluntad de velocidad excesiva», sino que esquiaba a «una velocidad completamente normal», destacó el comandante de Gendarmería Stéphane Bozon en conferencia de prensa en Albertville (este de Francia).

«La velocidad no es un elemento particularmente importante (...) para la conclusión de la investigación», afirmó el fiscal que dirige las pesquisas, Patrick Quincy, que reconoció no poder dar una cifra en kilómetros por hora de esa velocidad, algo que tal vez se hará cuando se haya desmenuzado la grabación, de dos minutos de duración.

Quincy hizo hincapié en que las pistas de Méribel por las que Schumacher esquiaba junto miembros de su familia y amigos estaban balizadas de acuerdo con las reglas en vigor y en que el vídeo no muestra que saliera de las pistas para acudir en ayuda de otra persona que se hubiera caído, como se había dicho.

De hecho, aseguró que en los interrogatorios hechos hasta ahora a los miembros de su entorno que iban con él y a otros testigos, ninguno ha confirmado que el expiloto hubiera socorrido a nadie.

Eso significa que «deliberadamente decidió ir a esa zona» fuera de las pistas, señaló el representante del Ministerio Público.

«Schumacher es un buen esquiador que conoce bien Méribel, adonde acude regularmente», añadió Quincy, que no quiso responder por ahora a la pregunta de si el deportista cometió una imprudencia.

Según su relato, el campeón alemán de Fórmula Uno salió de las pistas en una zona de intersección entre una roja y otra azul a unos 1.700 metros de altitud, y estaba esquiando en ese área de nieve sin pisar cuando sus esquís chocaron contra unas rocas.

Perdió el equilibrio y, al abalanzarse hacia delante se dio con la cabeza en otras rocas, un golpe que rompió el casco. Quedó tendido a menos de una decena de metros del límite de las pistas correctamente balizadas.

Los esquís, que eran casi nuevos y estaban en buen estado, sufrieron rozaduras al frotar contra las piedras.

Quincy precisó que no han recibido el supuesto vídeo de un turista alemán que grabó la escena, revelado por el semanario alemán «Der Spiegel» y dijo tener «muchas dudas» y mantenerse reservado sobre la realidad de esa grabación.

A la vista de los múltiples rumores y versiones sobre el accidente que han circulado en los medios de comunicación, aprovechó la conferencia de prensa para pedir que «si tienen otros elementos, nos los hagan saber».

El fiscal no quiso avanzar detalles sobre la posibilidad de convertir el procedimiento del que está a cargo en una investigación penal, y a preguntas de los periodistas se limitó a señalar que eso sería pertinente si se demostrara una señalización deficiente, pero «no estamos ahí».

Tampoco fijó un plazo para terminar esta investigación que está en manos de diversos servicios de la Gendarmería, aunque señaló que todavía se prolongará «varias semanas».

Se esforzó en convencer de que el procedimiento que se está siguiendo con Schumacher es similar a la cincuentena que cada temporada lleva a cabo la fiscalía de Albertville por accidentes graves en las 47 estaciones de esquí de los Alpes franceses que tiene bajo su jurisdicción.

Según el último parte médico comunicado el lunes por los responsables del hospital de Grenoble (este) en el que está ingresado, el expiloto se encuentra estable, pero su estado sigue siendo «crítico».