LSB32 LISBOA (PORTUGAL), 01/10/2012.- Los jugadores del F.C. Barcelona Alexis Sanchez y Javier Mascherano (i) bromean durante el entrenamiento de su equipo en Lisboa, Portugal hoy, lunes 1 de octubre de 2012. El Barcelona se enfrentará contra el Benfica mañana, 2 de octubre de 2012, en el partido del Grupo G de la Liga de Campeones. EFE/JOSE SENA GOULAO | Joana Nicolau

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El duelo entre dos de los poderosos de la Península, Benfica y FC Barcelona, llega hoy a Da Luz (20:45 horas, La 1) en un momento ascendente para ambos, ya que lideran sus respectivas ligas invictos.

El Barça nunca ha ganado en el estadio del Benfica en partido oficial, ya que ha saldado sus dos visitas con empate a cero, mientras que en el Camp Nou siempre se ha llevado la victoria, aunque en el partido grande que ambos jugaron en la final de la Copa de Europa del 61, la famosa final de los palos, el equipo lisboeta se llevó el título.

Este segundo partido del grupo G llega con el Barça liderando la clasificación tras la ajustada victoria contra el Spartak (3-2), mientras que el Benfica arrancó un empate en el campo del Celtic.

El Barcelona acaba de firmar la sexta victoria consecutiva en la Liga, que le mantiene en el liderato en solitario con un pleno de dieciocho puntos, a la espera de refrendar este buen momento primero contra el Benfica y el domingo en el clásico contra el Real Madrid, antes del segundo parón del campeonato por los compromisos de las selecciones.

Para el encuentro en Lisboa, el técnico azulgrana, Francesc ‘Tito’ Vilanova, podrá contar con tres jugadores que han recibido el alta: Adriano, Puyol e Iniesta, que deberían estar a punto para el clásico más que para el choque de la Liga de Campeones. Después de la buena actuación de Cesc Fàbregas contra el Sevilla, el Barcelona da también por recuperado a un jugador al que le había costado encontrar un punto ilusionante, tras un decepcionante inicio de temporada.

El conjunto azulgrana ha rechazado de pleno las supuestas bondades del grupo que le correspondió en el sorteo, y más después del primer partido en el que los barcelonistas debieron sudar para superar una muralla casi infranqueable dispuesta por el Spartak, además de darle la vuelta al marcador (1-2).