Julià Llinàs, frente a los trampolines del Centro Acuático de Londres. | Fernando Fernández

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Estos días hace incontables kilómetros de un lado a otro del Centro Acuático. Pero no es nada nuevo para Julià Llinàs Quetglas. Este exsaltador y bombero del Consell de Mallorca, institución a la que agradece su ayuda a la hora de poder asistir y desempeñar sus funciones en tres Juegos Olímpicos (debutó en Atenas, repitió en Pekín y vuelve a estar en Londres) e incontables Campeonatos del Mundo y continentales, entre otras citas, es toda una personalidad dentro del Centro Acuático de la capital británica durante estos días. Además, su figura resulta clave para entender el crecimiento de una especialidad que, con apenas poco más de un centenar de licencias en España, cuenta con dos representantes en Londres: Javier Illana y Jennifer Benítez.

Llinàs es uno de los doce miembros (cinco europeos) del Comité Técnico de Saltos de la Federación Internacional de Natación (FINA), encargándose de redactar y trazar la normativa por la que se rige la competición olímpica, y en general, todas las competiciones del ámbito FINA. Controlar la competición de saltos, gestionar, elegir a los árbitros y evaluar a la vez su labor (sin descartar que tenga que ejercer ese cometido) son otros de sus cometidos en jornadas maratonianas en las que multitud de reuniones se entremezclan con su verdadera pasión: los saltos.

Ansioso por estrenar la nueva plataforma de Son Moix, con el fin de dar cobijo a los saltadores isleños de la EBE y el Club Mediterránea, Julià Llinàs ejerce también como responsable del área de saltos de la Real Federación Española de Natación y trabaja para promocionar en las islas una especialidad en la que técnicos como Donald Miranda y saltadores como Xisca Bauzá o Andreu Jaume son a día de hoy exponentes en el panorama estatal. «Tenemos potencial y hay que explotarlo. La lástima es todo este tiempo que no hemos podido contar con Son Moix, aunque pese a ello, los resultados han seguido llegando y esa circunstancia les da más valor», recuerda Julià, que se muestra «orgulloso de poder estar de nuevo en unos Juegos Olímpicos y realizando una labor en pro de mi deporte».