El exfutbolista del Mallorca Pau Cendrós posa para este periódico frente a las puertas del Pueblo Español. | Carlos Román

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En poco más de dos meses, ha pasado de recorrer la banda del Bernabéu en busca de un asiento en Europa a entrenarse en solitario junto a la playa. De celebrar por todo lo alto la excepcional campaña de su Mallorca, a permanecer en todo momento atento al móvil y a los movimientos del mercado para descifrar su futuro. Sin embargo, Pau Cendrós López (Palma, 1987) no pierde la sonrisa. Ni siquiera las ganas de bromear con cualquiera que se le acerque.

A finales de mayo, sin sospechar nada, Caparrós le comunicó que no contaba con él a partir de ese mismo momento y aunque no esconde que aquel duro mensaje del utrerano sacudió su autoestima y la erosionó de forma notable, ha doblado la esquina y mira al futuro ilusionado. Reconoce que ya le gustaría tener equipo y que cada día que pasa el tiempo juega en su contra, que el margen se reduce. No obstante, entiende que el mercado aún esconde alguna sorpresa para él. Entre otras cosas, porque la experiencia que ha ido apilando estos dos últimos años y la carta de libertad que pasea en el bolsillo le convierten en una de las piezas más destacadas del bazar futbolístico español.

«Lo que venga ahora será casi mejor, algo bueno», explica Cendrós. «Los nervios por no saber dónde está mi futuro existen, pero me encuentro bien, tranquilo. Escuchando propuestas y atento a lo que saliendo para ver qué destino me espera. Al principio, sobre todo los dos primeros días, el palo fue duro. Pero a partir de ese instante te mentalizas de que tienes que salir de ahí, de que todo obedece a la decisión de una persona. Y punto. Ni me gusta darle muchas vueltas a las cosas, ni pido demasiadas explicaciones».

Pau no altera una coma del discurso que ofreció al conocer que le habían abierto las puertas de Son Moix. «En el momento fue una sorpresa para todos y lo pasé un poquito mal», reconoce. «Pero he hecho mi trabajo y creo que lo he hecho bien, así que me quedo con eso y ahora dejo que se esfuercen los representantes. Tengo muy claro lo que soy y lo que defiendo. No saber dónde estarás te puede inquietar, pero procuro mantenerme tranquilo», admite.

A la espera de que su situación se aclare, Cendrós se mantiene cerca de su mejor medicina: la familia. «Ellos y la novia son los que nunca fallan, porque hay otros que parece que están ahí pero cuando los necesitas desaparecen. Aparte de eso he sentido mucho a la afición, a los medios y he recibido un montón de mensajes de apoyo. Me he sentido muy, muy querido en ese sentido. Aunque me haya tenido que ir por la decisión de una persona, todo eso me reconforta», insiste agradecido. «Más allá de eso, a nivel mental no tengo problemas y a nivel físico he iniciado mi pretemporada particular. Corro y trato de ir haciendo ejercicio, cosas diferentes cada día, basándome siempre en lo que he ido aprendiendo como profesional para mantener la forma».

Preferencias

Desde que se desligó del Mallorca Cendrós ha recibido llamadas procedentes de muchos puntos de España (Deportivo, Levante, Granada, Villarreal...), Bélgica, Inglaterra o de lugares mucho más exóticos, como Georgia o Chipre, pero de momento ninguna ha cristalizado. En principio, su mayor deseo es «jugar en Primera División», pero cree que «hacerlo en el extranjero tampoco sería una mala opción». «A veces no sabes dónde está lo bueno y por eso lo único que quiero es estar convencido de lo que haga», razona al respecto. «Mi prioridad es quedarme en España porque creo que en estos dos años me he hecho con un puesto y un nombre. Pero así como está el fútbol en estos momentos tienes que estar abierto a cualquier posibilidad».

Sea como sea, Cendrós promete seguir muy de cerca el camino del Mallorca. «Siempre estaré pendiente porque es el club de mi tierra y el que me dio la oportunidad de darme a conocer. Me alegré de encontrarme con ellos hace poco en la playa y de volver a verlos. Los quiero mucho y he hecho muy buenos amigos en ese vestuario. De momento ha venido gente muy competitiva y completa y ojalá les vayan muy bien las cosas. Siendo el segundo año de Joaquín Caparrós supongo que el equipo estará más afianzado y es probable que se pueda aspirar a algo más que la permanencia», desea. Palabra de mallorquinista.