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El ascenso al Grand Colombier, uno de los grandes colosos en la presente edición del Tour de Francia, será hoy la gran atracción en la décima etapa que unirá a través de 194,5 kilómetros Mâcon y Bellegarde-Sur-Valserine, la primera oportunidad de montaña para los aspirantes a derrocar con estrategias atacantes del domino de líder, Bradley Wiggins.

Una etapa larga que ofrece terreno llano hasta el inicio del ascenso de la tercera dificultad de la jornada, la Cota de Corlier (2a), que será un aperitivo antes de afrontar el Col du Grand Colombier, de categoría especial, con 17,4 kilómetros de subida permanente, sin descanso, al 7,1 de pendiente media. Sus rampas se prestan al abordaje para corredores que deben recortar diferencias respecto a Wiggins, pero su cima se encuentra a 43 kilómetros de meta.

Además el menú de montaña se completa con el Col de Richemond (7,2 kms al 5 por ciento), con la cima a 20 de la conclusión. El escenario del último tramo podría poner a prueba a los grandes «bajadores», como el italiano Vincenzo Nibali, sabedor de la debilidad de Wiggins y su compañero y compatriota Chris Froome a la hora de jugarse el pellejo en los descensos peligrosos. Si la victoria se le juegan algunos aventureros que hayan logrado cuajar una fuga, en el último kilómetro se la jugarán en ligero ascenso. Una jornada que dejará al Tour al pie de la cadena montañosa del Jura.

La etapa se pondrá en marcha a las 12.25 horas con 176 corredores en el pelotón. No saldrán el alemán Tony Martin (Omega), que se retira para preparar los Juegos Olímpicos ni el francés Remy Di Gregorio (Cofidis), detenido la mañana del martes por la brigada francesa antidopaje. Precisamente el Tour a nivel deportivo descansó ayer, pero no lo hizo la lucha contra el dopaje, qeu se cobró a su primera 'víctima' en al figura del corredor del Cofidis. Según este equipo «un caso aislado». Hoy regresa la competición a lo grande.