TW
0

Carlos Montes de Oca

El Mallorca afronta hoy una nueva reválida para mantener su privilegiada ubicación en la parrilla del campeonato. Con el primer tercio del curso al girar la esquina, el grupo de Manzano acude a un envite que puede marcar su destino. Con una tarjeta impecable en su centro de operaciones, el bloque isleño pretende alterar la negativa dinámica que le acompaña en sus desplazamientos. Pese a ese letargo visitante -acumula seis meses sin ganar a domicilio- y los números patentados en el campo del Valencia -un triunfo en toda su historia- el Mallorca (6º, 20 puntos) se planta en la capital del Turia desahogado y con la intención de traspasar su racha al otro lado del Mediterráneo ante un Valencia (4º, 24 puntos) que acumula cuatro victorias consecutivas. Se trata, en definitiva, de un nuevo desafío que requiere inteligencia y personalidad (Mestalla, 20.00 horas, Gol TV/Canal+Liga).

Los resultados de casa y la nueva configuración de la propiedad han rebajado la temperatura del entorno y han generado la sensación de que el temporal institucional ha pasado. Sin peligro aparente en la clasificación, el equipo afronta un exigente tramo final de año. De los cuatro últimos partidos de 2009, el Mallorca afrontará tres a domicilio (Valencia, Pamplona y Málaga) y sólo uno (Zaragoza) en su estadio. El objetivo marcado a fuego en la caseta, inesperado a comienzos del curso, pasa por alcanzar el ecuador del curso instalado en unas plazas europeas que no ha cedido desde la primera jornada.

Deportivamente, el Mallorca respira a pleno pulmón, la columna vertebral del equipo está intacta y el once reposa sobre todos sus pilares tras la reaparición de Aduriz la semana pasada. Manzano, que sólo excluyó de la lista a los lesionados Corrales, Varela y Keita, medita la opción de apostar por el equipo B, es decir, sacrificar a un punta para rellenar de músculo la sala de máquinas. Así, el técnico de Bailén podría apostar por Martí-Mario en el doble pivote, con Julio Alvarez y Chori Castro por las orillas y Borja Valero por detrás de Aduriz. En la retaguardia, Josemi y Mattioni se disputan una plaza en el lateral derecho, con Nunes-Ramis en el centro de la zaga y Ayoze en la izquierda. La línea de cuatro mallorquinista deberá activar todas sus alarmas para desactivar a un cuarteto (Pablo, Mata, Silva y Villa) que está explotando todo su talento en las últimas jornadas para situar al Valencia como una alternativa seria, junto al Sevilla, a la tiranía bipolar de Real Madrid y Barça.

El Mallorca foráneo no ha podido mostrar la cara que enseña en Son Moix. Con excepción de sus visitas a El Madrigal y Vicente Calderón -saldadas con sendos empates- el grupo balear ha doblado la rodilla en todos sus desplazamientos. Apenas tuvo opciones en el Pizjuán, fue sonrojado en El Molinón en un segundo acto humillante y paseó su indolencia por el Nou Camp. Hoy, con el viento a favor, intentará encontrar alguna grieta a un Valencia en su mejor momento del curso.

El grupo de Emery sólo ha perdido un partido (en Getafe) y desde entonces ha ganado cinco de los siete últimos encuentros.

Unai no podrá contar con Vicente y deja fuera a Miguel, Manuel Fernandes, Maduro, Miku, Nacho González, Del Horno y Michel. El técnico vasco alineará a su once de gala, con César; Bruno, David Navarro, Marchena, Mathieu; Pablo Hernández, Albelda, Elver Banega, Mata; Silva y Villa. Un equipazo notable que medirá la fiabilidad a domicilio del Mallorca.