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Fernando Fernández El orgullo volvió a rescatar a un Bàsquet Mallorca que no mereció otro resultado que la victoria. Pese a que los de Xavi Sastre mandaron en el electrónico durante el grueso de la contienda, un primera tramo del cuarto final para olvidar puso en duda la supremacía de los isleños, que regresaron a tiempo al partido para cerrar la semana con nota (98-97) y sumar una quinta victoria que permite a los de es Raiguer crecerse en la tabla y recibir una dosis de moral añadida en tiempos difíciles.

No esperaba el Breogán a un Mallorca tan contundente en ataque, aunque siempre irregular a la hora de aplicarse en defensa. Y eso que pronto se le multiplicaron los problemas en la pintura. Amador y Alzamora se ponían con dos faltas a las primeras de cambio y Bonds se tenía que multiplicar y Blanch se convertía en principal sustento en ataque para cerrar el primer cuarto con un ligero margen de maniobra en favor de los baleares (27-21), que en pocos minutos vieron como el panorama cambiaba de manera radical. Un 0-7 de salida en el segundo cuarto daba alas al Breogán (27-28) y encendía las alarmas.

Otra vez, Bonds sostenía al Mallorca y Balmón era la solución que Rubén Domínguez encontraba en el banquillo para detener la hemorragia. Un 6-0 ponía cuatro arriba a los naranjas (44-40), que de la mano de Blanch llegaban al ecuador con las ilusiones intactas (46-42).

El subidón de confianza llegó en el tercer cuarto. El Mallorca fusiló desde 6'75 a un Breogán aturdido. Seis triples (tres consecutivos de Green) ponían trece arriba a los del Palau (68-55), que rebajaron de forma ostensible sus prestaciones en defensa para, en cuestión de un par de minutos, gozar de apenas dos puntos de ventaja (68-66). Coleman y Gomes incidieron en el bajón defensivo mallorquín, dejando todo abierto ante los diez últimos minutos (70-70) de un partido que parecía complicarse.

No empezaron bien las cosas en el parcial decisivo. Pampín invirtió el susto inicial (74-73), pero esta vez fue el Breogán el que se entonó desde la línea de triple. Seis aciertos rompieron los planes de un Mallorca fuera del partido. Ordín encendía las alarmas a cuatro minutos (85-92), y en plena escalada, Román cometió una clara antideportiva sobre Blanch que los colegiados obviaron, multiplicando las dudas sobre su ya de por sí discutida actuación.

El destino reparó ese daño con una técnica a Ordín que, entre Biviá y un Amador crecido en la pintura, convirtieron en letal para el Breogán (93-92). Biviá redondeaba un 10-0 apabullador, pero faltaban 21 segundos que se iban a hacer interminables (95-92). Román incrementaba la incertidumbre, y un tiro libre errado por Biviá (96-94, a 15 segundos) dejaba todo abierto. Tanto, que Jeff Xavier helaba la sangre con un triple estratosférico que daba ventaja a los gallegos (96-97). Inteligente, Riera forzaba la falta y se iba a la línea de tiros libres. El base mallorquín no falló (98-97) y el Breogán no supo aprovechar la posesión definitiva, provocando el éxtasis de un Mallorca que vio peligrar una victoria que incrementa sus expectativas.