TW
0

El mallorquinismo se acomoda para vivir hoy un día que puede alterar el destino del Real Mallorca. La reunión entre Javier Martí Mingarro, que estará acompañado por su hijo y consejero delegado Javier Martí Asensio, y Mateu Alemany marcará el futuro de una entidad que atraviesa por una de las peores crisis de su historia y que divisa un horizonte plagado de espinas. El desenlace del cónclave entre el actual y el anterior propietario de la SAD balear es imprevisible y cualquier carambola es posible. Desde que el abogado mallorquín recupere el control de las acciones hasta que los empresarios madrileños cumplan con las exigencias de Alemany e inyecten al menos 5 millones de euros para subsistir hasta la finalización de la presente temporada.

 Sin embargo, el Grupo Safín se sentará a negociar con un órdago sobre la mesa. Los empresarios madrileños han optado por oponerse a la resolución del contrato, echando así un pulso al ex presidente, que había exigido la anulación de la compraventa sellada el pasado 7 de agosto por impago mediante un requerimiento notarial. De esta forma, la familia Martí Mingarro se enroca. Se mantiene firme en su intención de seguir asumiendo los mandos del club a pesar del unánime rechazo que su proyecto (¿?) ha generado dentro y fuera de la sociedad. Jugadores, cuerpo técnico, empleados, peñistas, consejeros e incluso el presidente Tomeu Vidal le han declarado la guerra a una propiedad que ha sido incapaz de generar confianza y que ha demostrado, con su dejadez para cumplir con el calendario de pagos, carecer del músculo económico necesario para cumplir con las responsabilidades asumidas hace apenas tres meses.

La situación financiera de la entidad invita al optimista. Al margen de las deudas con los jugadores y el cuerpo técnico, la lista de acreedores no ha dejado de crecer en las últimas semanas.

 Ante el caos institucional, Mateu Alemany mantuvo en Palma una tensa reunión con el propietario, al que exigió que hiciera frente a los compromisos económicos.

 Javier Martí Mingarro solicitó unos días para reflexionar, pero Alemany, harto de la indefinición y de la falta de seriedad del grupo madrileño, decidió pasar a la acción al presentar un requerimiento notarial para invalidar la venta del club por impago, al no abonar al ex propietario las cantidades pactadas en su día.

 

El abogado mallorquín es consciente que vender el Mallorca a la familia Martí Mingarro ha sido un grave error y lleva días intentando rectificar. Quiere recuperar el club para tratar de reconducir un destino que puede desembocar en el concurso de acreedores...

 

La solución, no obstante, se antoja complicada. Los actuales propietarios siguen empeñados en mantener el control absoluto de la sociedad a pesar de los graves problemas de tesorería.

 

El Mallorca necesita cinco millones de euros para llegar a final de temporada con ciertas garantías. Sin embargo, con un millón podría llegar a final de año y, por lo tanto, la posibilidad de vender todos los futbolistas posibles para ingresar dinero con el grave riesgo deportivo que supondría esta decisión... Las incógnitas deben despejarse hoy porque alargar la agonía sería perjudicial para una entidad resquebrajada.