Los primeros veinte minutos depararon un espectáculo ofensivo, propiciado, por un lado, por la pasividad de las defensas, y,por el otro, por el acierto de los ataques. En este panorama se movieron mejor los baleares, que liderados por un espectacular Marc Blanch (16 puntos en los 10 minutos, con tres triples), mandaban en el marcador. Y es que una zona 2-3 ordenada por Sastre sorprendió a los palmeros, que no encontraban el modo de romperla.
La velocidad del juego no bajó en el segundo acto. De hecho, en los tres primeros minutos del mismo, el parcial era de 8-10 a favor de los mallorquines, lo que ampliaba la diferencia hasta los cinco puntos (32-37). Las defensas eran demasiado permisivas, tolerando acciones al contragolpe de ambos equipos y cómodos lanzamientos desde fuera. Al descanso, se llegó con dos puntos de ventaja a favor del Mallorca (54-56).
El panorama no cambió tras el intermedio, si bien los locales no conservaron su acierto en ataque, todo lo contrario que su rival, algo que aprovechó el equipo de Xavi Sastre para aumentar su renta hasta instalarla en una máxima de 21 puntos, muy cerca del final del tercer cuarto (minuto 28), gracias en especial a un gran Blanch (36 puntos). La Palma no bajó los brazos y comenzó a reducir las distancias, situándola 76-87, y a sólo cinco puntos en el ecuador del último acto (88-93). Arrocha, Gruber y Josemi García se encontraban desenfrenados, hasta culminar una increíble remontada (96-93), que aseguró Palacios (105-101).
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