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Sin apenas tiempo para digerir el tropiezo en el Palau frente al Cornellà (64-82), el Bàsquet Mallorca echa a volar rumbo a La Palma. En Miraflores (21:00, hora insular) les espera un rival herido, necesitado igualmente de una victoria que les permita tomar impulso y recuperar buena parte del crédito perdido en dos jornadas que han frenado en seco el sensacional arranque de los de Xavi Sastre. La escuadra naranja aterriza en tierras canarias con el balance equilibrado (2-2), pero con un 0-2 que siembra la duda.

Y La Palma no es precisamente un adversario asequible, aunque la clasificación invite a pensar lo contrario. El grupo de Rafa Sanz no gana desde la primera jornada (74-69, al Axarquía), pero ha tropezado con tres enemigos de entidad (ViveMenorca, La Laguna y León) antes de topar con el Mallorca más endeble desde el perímetro.

En Miraflores comparecen dos de los equipos con peor puntería desde el perímetro. Pero puede ser una buena oportunidad para que los Blanch, Riera, Biviá y compañía afinen el punto de mira, en especial desde más allá de 6'75, aprovechando las carencias de La Palma, cuyas prestaciones dependen en exceso de Palacios, Padgett o Josemi García. Matías Ibarra y Raúl Mena forman la pareja de directores de juego de un conjunto que lidera las estadísticas de balones perdidos (18'8 por partido) y cuenta en sus filas con otro viejo conocido, el interior menorquín Jan Orfila.

«La Palma es un equipo de nuestra liga, es un equipo que corre muchísimo y al igual que nosotros realiza ataques muy cortos», explicaba Xavi Sastre sobre el rival de esta noche, al que ya venció en Miraflores en su etapa en LEB-2 con el Muro. Y es que la cancha canaria es un fortín complicado para el Mallorca, y en otra etapa el Inca.

«Les he dicho a mis jugadores que si estamos al 100% y controlamos esa pizca de ansiedad que tenemos, tendremos posibilidades de ganarles», advertía el preparador balear, que señala a «Palacios, un jugador importante para ellos, y aunque Padgett no es el del año pasado, puede aportar grandes cosas, pero no me gusta personalizar porque ante al Cornellà pudimos frenar a Rabaseda y fueron otros los que consiguieron anotar», recalcó.

Sobre las críticas recibidas por el juego ante el Cornellà, admitió quePor otro lado, sí que es cierto que «fue pésimo, pero hay que reconocer su mérito catalán. Algunos aficionados pitaron al equipo, algo que, aunque están en su derecho, no me pareció bien», apuntó.