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Carlos Montes de Oca

Son Moix se ha instalado en la fiesta. Cuatro partidos, cuatro victorias. El Mallorca está escribiendo el mejor arranque de su historia en Primera División, un inicio demoledor que le permite al grupo isleño respirar a pleno pulmón y vislumbrar la categoría desde un sillón europeo. Esta nueva versión rojilla no necesita amasar el balón, ni siquiera amontonar ocasiones, para destrozar a su enemigo. Mantener arropado al equipo en su área y tirarse a la yugular del contrario en terreno enemigo son las claves del Mallorca más efectivo que se recuerda. Un equipo con los conceptos defensivos marcados a fuego, que no duda en entregarle el balón a su rival para asestarle el golpe definitivo a la contra y que cuenta con un tesoro llamado Aduriz, uno de los mejores delanteros de la Liga, que de momento sigue ignorado por la selección. El grupo bermellón da un paso al frente y presenta su candidatura. (3-1)
El fútbol es cuestión de dinámicas, de estados de ánimo y el Mallorca está en la ola buena. Da igual que su rival tenga el balón. O que disponga de ocasiones más claras para cerrar la puerta del primer acto con ventaja. El grupo de Manzano vive agazapado, esperando cualquier despiste de su enemigo para hincarle el diente. Así exprimió el error de Cata Díaz en el primer gol a los treinta minutos y amarró el triunfo con dos zarpazos de Aduriz en el segundo tiempo.

Ni siquiera necesitó la mejor versión de Borja Valero -bien sujetado por Celestini- para arrollar a su rival, principalmente tras el descanso. Apoyado en una pegada descomunal, la escuadra isleña no se inmutó cuando el Getafe se adueño de los mandos en el amanecer de la cita. El grupo de Michel apostó por el fútbol de salón, pero cavó su fosa por sus errores en ambas áreas, con Cata Díaz y Roberto Soldado como protagonistas. El Mallorca, todo lo contrario. Se mostró expeditivo junto a Aouate y contundente ante Ustari.

El equipo bermellón supo exprimir al máximo un error de la verbenera defensa madrileña para abrir la lata. Cata Díaz se enredó en la incomprensión despejando un balón suelto en el área hacia su portería. El cuero rebotó en el poste y le cayó a Julio Alvarez, que pasaba por allí. Este metió la pierna con habilidad para batir a Ustari ante la desesperación de Michel en la banda. (min. 31). Su equipo, que tenía el balón y había perdonado un mano a mano de Soldado tras una triangulación de manual, perdía. El Mallorca, que apenas había podido combinar dos pases seguidos, ganaba.

El Getafe acusó el mazazo del gol y el Mallorca estuvo cerca del segundo. Fue tras un cambio de sentido notable de Borja y un remate de primera de Víctor que despejó Ustari. Para bajar el telón del primer acto, una nueva ocasión visitante. Mario Suárez perdió un balón y la contra fue conducida por Albín, que cedió a Soldado. Este remató forzado y Aouate respondió con acierto.

El Mallorca salió más decidido tras el descanso y de inmediato allanó la victoria. Fue a continuación de que el Getafe pidiera penalti por una caída de Albín ante Ayoze y tras una pared enorme entre Víctor y Aduriz. Todo nació en un balón largo enviado desde la defensa isleña, un toque preciso con la cabeza de Aritz, una dejada enorme de Víctor Casadesús con el pecho y un zurdazo cruzado del '21' que provocó el delirio (min. 52). Aduriz hizo partícipe de su tanto en Son Moix -ha marcado en todos los partidos de casa- al ariete de Algaida, que sólo necesita el gol -todavía no se ha estrenado en el presente campeonato- para endulzar sus actuaciones. Ayer lo intentó desde 40 metros, tras un mal despeje de Ustari, pero Cata Díaz despejó bajo palos, y con un cabezazo que se marchó fuera.

Michel metió en la arena a Del Moral y el Mallorca respondió a la contra con un pase de Mario Suárez a la carrera de Castro y un pase de la muerte del uruguayo que Aduriz remachó a placer. 3-0 y la grada divirtiéndose con la ola.

Con el partido muerto, el Getafe despertó de su letargo con un golazo de falta directa de Albín que sólo sirvió para quebrar la racha de imbatibilidad de Dudu Aouate. El israelí, al que el lanzamiento cogió desprevenido, detuvo esa marca en 550 minutos. Al final, el Mallorca alzó de nuevo los brazos en el estadio de Son Moix y sigue instalado en la zona noble de la Liga.