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El Mallorca B cosechó un empate ante el Ontinyent que supo a poco a la vista de cómo se desarrolló el encuentro y ante lo que había en juego.
El conjunto bermellón siguió fiel a su estilo, haciendo un buen juego, controlando el balón y agradando al público. Pero, el tanto recibido al final del partido, fue un jarro de agua fría para los de Bauzá, que ya se veían líderes.

Ambos conjuntos dispusieron de numerosas oportunidades para aumentar el marcador, pero las defensas, los porteros y los palos lo impidieron.
Sergi contó con dos claras ocasiones, una en cada mitad. Pero, ayer no era el día el menorquín. Aún así, participó en la jugada del partido con una gran muestra de generosidad. Tras el alarde de sangre fría de Xisco, que tocó con el pecho un balón centrado sobre el punto de penalti por Ximo, Sergi se la puso a Dani Castellano, que se encargó de marcar.

En la segunda mitad, el Mallorca siguió generando ocasiones, pero se encontró con la fortaleza y la suerte del líder. En el 75, y tras una falta botada desde la banda, Nauzet rechazó mal y, entre un barullo de piernas, Paco Vázquez marcó en propia puerta un gol que hizo mucho daño a los locales.