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El Mallorca vive al borde de un ataque de nervios. La incertidumbre que rodea la reestructuración interna anunciada por la nueva propiedad ha sumido al club en una catarsis colectiva. La tensión y la inquietud se ha instalado entre los empleados de la entidad, que trabajan con una incertidumbre total ante la avalancha de noticias contradictorias. Y es que el desconcierto es generalizado por todos los pasillos de la entidad. Mientras un consejero apunta que el número de despidos será de unos 30 empleados -prácticamente el 40% de los trabajadores-, Javier Martí Asensio asegura que la reestructuración afectará «como mucho» a 20 personas.

El bisturí comenzará a aplicarse a finales de esta semana -presumiblemente entre mañana y el jueves- y afectará principalmente al área de la secretaría técnica, tal y como publicó Ultima Hora el pasado día 18. Al respecto, Javier Martí Asensio se reunió ayer con Nando Pons para comunicarle oficialmente que el departamento técnico será uno de los más damnificados por la reducción de personal. Cabe recordar que, actualmente, una decena de personas trabajan bajo la responsabilidad directa de Nando Pons. La intención de la nueva propiedad, como publicó la pasada semana este periódico, pasa por despedir a una porción notable de los colaboradores de Pons, entre 5 y 10, para forzar la marcha voluntaria del director deportivo.

Entre los trabajadores de la secretaría técnico figuran ex futbolista como Gabriel Vidal, Gustavo Siviero -entrenador del juvenil- Oscar Montiel o Manolo Molina, así como Miguel Magaña -encargado de realizar los informes del rival- y ojeadores en el exterior como Enrique Magdaleno. Marcos Martín, hasta ahora máximo responsable del fútbol base, abandonará la entidad en beneficio de Toni Prats.