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La selección española se proclamó por primera vez campeona de Europa y saldó una deuda histórica después de haber perdido seis finales de esta competición. Al conjunto español, vigente campeón del mundo, le falta tan sólo ahora el oro olímpico tras las platas obtenidas en Los Angeles'84 y Pekín'08.

La singladura internacional del baloncesto español en competiciones internacionales comenzó el 15 de abril de 1935 cuando derrotó a Portugal. Ese año, la selección española conquistó su primera medalla de plata en el Europeo de Ginebra, tras perder frente a Letonia (24-18).

Después de nueve ediciones del torneo continental para el que España no consiguió plaza fue decimoquinta en el Europeo de Estambul'59 y mejoró dos posiciones en Belgrado 1961.

En esa época, destacó su debut en competición mundialista en Argentina 1950, en la que consiguió el noveno puesto, y el oro de los Juegos Mediterráneos de Barcelona 1955, con victoria en la final sobre Italia, por 101-89.

En 1960 disputaron sus primeros Juegos en Roma, España fue 14ª. Luego llegó el séptimo lugar en el Europeo de Polonia 1963 y el decimotercero de URSS 1965, el único con Pedro Ferrándiz en la dirección del combinado nacional
Comenzó entonces la larga etapa de Antonio Díaz Miguel al frente de la selección, de 1965 a 1992. Contó con jugadores de la talla de Emiliano, Nino Buscató o Vicente Ramos, y el baloncesto español vivió su primera edad de oro.

España fue décima en el Europeo de Finlandia 1967, séptima en los Juegos Olímpicos de México 1968 y quinta en el Europeo de Italia 1969.
Los setenta, en los que destacaron Corbalán, Cabrera, Rullán, Brabender o Luyk, se inició con la undécima posición en los Juegos de Múnich y la medalla de plata del Europeo de Barcelona 1973, cuando España logró la proeza de derrotar por vez primera en su historia a la Unión Soviética, aunque perdió la final frente a Yugoslavia (65-59).

Completó el palmarés con el quinto lugar en los Mundiales de Puerto Rico 1974 y la cuarta y sexta posición en los Europeos de Yugoslavia'75 e Italia'79.

Arrancó la década de los ochenta con el cuarto lugar en Moscú'80 en la que los anfitriones privaron a los españoles de la medalla. España demostró que esa posición no había sido fruto de una competición devaluada, cuando dos años después repitieron ese mismo puesto en los Mundiales de Colombia.

La selección ganó la plata europea en Francia 1983 y fue finalista en los Juegos de Los Angeles 1984, perdiendo con los anfitriones (65-96), entre los que se encontraba Michael Jordan.

Después de la quinta posición en los Mundiales de España 1986 y de caer dos años después hasta el octavo lugar en los Juegos de Seúl, España completó su actuación internacional con tres cuartos lugares en los Eurobasket de 1981, 1985 y 1987, y el quinto en el de 1989.

La selección tuvo una agria primera mitad en los noventa, pero el combinado nacional recuperó el puesto perdido a partir del Mundial de Grecia 1998, en el que fue quinta, y el Europeo de Francia'99, donde logró la cuarta plaza. Con la llegada del técnico Javier Imbroda se produjo un relevo generacional y la incorporación progresiva de «júniors de oro», que en 1999 se habían proclamado campeones del mundo en Lisboa, tras derrotar en la final a Estados Unidos.

Los primeros jóvenes valores que dieron el salto a la sénior fueron Juan Carlos Navarro, Raúl López, Pau Gasol y Felipe Reyes. Y los resultados no se hicieron esperar: bronce y plata continental en Turquía 2001 y Suecia 2003, respectivamente, quinto puesto en el Mundial de Estados Unidos 2002 y la medalla de oro en el Mundial de Japón 2006, donde los «júniors de oro», con la dirección de Pepu Hernández, fueron la base de un equipo en el que también figuraban jugadores como Garbajosa o Carlos Jiménez; y más jóvenes, como Sergio Rodríguez o Rudy Fernández.

También, en estos primeros años del siglo XXI, en plena transición generacional, hubo resultados menos gloriosos, como el noveno puesto de los Juegos de Sydney, el séptimo de los de Atenas 2004 o el cuarto del Eurobasket 2005.

El Europeo de 2007, disputado en España, fue un jarro de agua fría cuando Rusia venció en la final de Madrid por un sólo punto (60-59).

A sólo tres meses de iniciarse los Juegos de Pekín, la Federación prescindió de Pepu y situó en el banquillo a Aíto, pero con la base anterior sólo los Estados Unidos privaron a España del oro olímpico.