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Agencias|NUEVA YORK
El argentino Juan Martín del Potro, en plena explosión competitiva, se situó por primera vez en su carrera en la final de un Grand Slam a costa de las expectativas del mallorquín Rafael Nadal (6-2, 6-2 y 6-2). El manacorí, lastrado por sus problemas abdominales, no encontró la fórmula para prolongar aún más sus aspiraciones en el Abierto de Estados Unidos, donde volvió a marcar su tope al alcanzar las semifinales, que se han convertido de moemnto en su mejor resultado de siempre en el último grande del curso.

El último major se le resiste al desde hoy nuevamente número dos del circuito. Por segundo año consecutivo se quedó a orillas de la final. En el 2008 frenado por el escocés Andy Murray. En esta, por el argentino Juan Martín del Potro. En ambas ocasiones, víctima del empuje apresurado de dos raquetas con una notable reputación ya en el circuito.

El juego de Nadal se quedó corto ante el empuje del sudamericano, que ya es consciente del potencial que aglutina y está definitivamente convencido de sus posibilidades. Ha madurado. Su mentalidad es sólida y ayer tomó la iniciativa y no dejó que el tetracampeón de Roland Garros entrara en el partido.

Del Potro tiene entre ceja y ceja apuntarse su primer gran éxito. No le tembló el pulso desde el inicio del juego. Y siempre que tuvo contratiempos tiró de su gran recurso: el saque. Cada vez que Nadal amenazó su servicio, el tenista de Tandil contrarrestaba con un golpe incontestable.

El tercer sudamericano en alcanzar una final en Flushing Meadows, tras el peruano Alex Olmedo, que perdió la de 1959 ante el australiano Neale Fraser y el también argentino Guillermo Vilas en 1977, el único que logró el torneo tras batir a Jimmy Connors, obtuvo rentabilidad completa del saque, que nunca perdió. Cuando le entró el primero, obtuvo el 85 por ciento de los puntos. Cuando tuvo que jugar con el segundo, el 78.

Nadal, que ha afrontado condicionado por su problema abdominal su recorrido por el torneo, no encontró la fórmula de tutear al sudamericano. Nunca tuvo el dominio del juego. Para mover de lado a lado a un adversario enorme, capaz de alcanzar con soluciones, cada una de las alternativas que le proponía el balear.

La primera manga se caracterizó por la dificultad que ambos encontraron para ganar su servicio. Tanto el mallorquín como el argentino gozaron de varias bolas de 'break', pero Nadal nunca acabó de definir en los intercambios con un Del Potro que se encontró muy cómodo en puntos superiores a los 20 golpes.

El numero seis de mundo logró romper el saque del manacorí en el cuarto juego (3-1), después de que Nadal levantara una bola adversa, pero no fuera capaz de contrarrestar la segunda. El balear intentó reaccionar con un juego más agresivo, pero las dos bolas de 'break' que tuvo en el séptimo juego no fueron aprovechadas por un ex número uno del mundo desconocido con 11 errores no forzados en el primer set.

Del Potro comenzaba a crecerse en su juego, mientras Nadal veía con frustración cómo el argentino no paraba de torturarle con su derecha cruzada, y lograba un nuevo 'break' para cerrar el parcial (6-2).

Siempre conservó el saque Juan Martín del Potro. Mientras Nadal sufría cada vez que ponía en escena el suyo. Nadal tuvo opciones de 'break' con cuentagotas, pero la raqueta de Tandil siempre salía airoso con dos mazazos para impedir que el mallorquín consiguiera alimentar sus esperanzas e incrementar sus posibilidades de una remontada épica.

El segundo set no cambió la tónica del primero. Nadal comenzó teniendo una opción de ruptura en el juego inicial para volverla a desperdiciar y ver cómo el argentino metía la directa en el cuarto juego de la manga con un nuevo 'break' y posteriormente alcanzar el 4-1 en ese set. 'Delpo' seguía creando muchos problemas al mallorquín con golpes planos desde el fondo de la pista y subidas imparables a la red. El tetracampeón de Roland Garros se frustraba consigo mismo, ya que cuando era capaz de amortiguar el saque del 'gigantón', éste le machacaba desde el fondo o el balear fallaba golpes que no suele mandar fuera de la pista.

Un nuevo 6-2 cerró la segunda manga y el panorama se torció para Nadal, que ya no encontró más resquicios en el poderoso servicio del sudamericano, cada vez más crecido y sin darse un momento de relajación.

El manacorí perdió el saque pronto, y aunque intentó sin éxito moderar su juego para provocar los errores de Del Potro, el argentino no vio en ningún momento peligrar su victoria, 'robando' nuevamente el saque del mallorquín para finiquitar su triunfo y esperar ya al vencedor del choque entre Roger Federer y Novak Djokovic.

Ahora asume el reto de pelear por un grande, algo que no conseguía un tenista argentino desde que Mariano Puerta se enfrentó a Rafael Nadal en la final de Roland Garros en 2004 y también de intentar suceder a Guillermo Vilas, el único que conquistó el US Open.