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Ricardo Molinelli |LODZ
España se complicó la vida y los cuartos de final al perder contra Turquía, por 63-60, en un partido en el que las dos selecciones se mostraron un profundo respeto y en el que los últimos segundos decidieron, tras no poder anotar Sergio Llull con doce segundos de posesión y 61-60 en el marcador.

El respeto que ambos equipos se tenían quedó patente desde el mismo inicio del partido, con las defensas muy pendientes de su par y con ambos equipos buscando asegurar canastas sencillas.

El primer desequilibrio vino con la defensa de Turkoglu, 2'08 metros, sobre Ricky Rubio, 1'90 m., que el jovencísimo base español supo aprovechar para anotar un triple y repartir juego una vez desequilibrado su marcador.

El entrenador de los turcos, Bogdan Tanjevic, asignó después a su estrella NBA la defensa de Rudy Fernández, con resultados similares. En el otro bando, Omer Asik resultaba imparable para los pívots españoles.

Con la selección española seis puntos arriba, Tanjevic decidió ajustar la defensa con parejas más igualadas y el equilibrio se instaló de nuevo en el marcador (20-22 al término del primer cuarto).

En el segundo cuarto, el equipo español volvió a tomar, otra vez, ligeras ventajas aprovechando el desajuste que producía la defensa de Ilyasova (2'08 metros) sobre Navarro, 1'91 m.

Además, mientras que a Turquía se le atragantó la defensa en zona de España, la selección de Sergio Scariolo tuvo lagunas ofensivas como el mar Mediterráneo. Al descanso, las espadas estaban en todo lo alto con un 36-34 para los turcos.

Navarro, con una 'bomba' y un triple consecutivos, volvió a dar vida y ventaja a la selección española, que en defensa elevó sus prestaciones colocando dos tapones en la misma jugada. Cada balón era importante y cada posesión un mundo, máxime teniendo en cuenta lo difícil que era anotar un punto en cualquiera de las dos canastas (10-9 en siete minutos de juego del tercer parcial).

Con todo por decidir y 49-48 en el marcador, Turquía, la única selección con dos victorias en el grupo, empezó a sentirse presionada por un equipo español consciente de que todo lo que no fuera una victoria era poner auténticas trabas a su presencia en los cuartos de final.

El empate a 55 a cuatro minutos para el final tiñó de dramatismo el encuentro. Cada acción, cada punto, cada falta podía ser la que decantara el fiel de la balanza. A un minuto para el final, 61-60 y la tensión que podía cortarse con un cuchillo, lo mismo que a falta de 12'3 segundos y con posesión para España. Llull fue el encargado de jugar la última posesión y falló. Pudo haber ganado cualquiera, pero Turquía está casi en cuartos y España se complica su clasificación.