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El Real Mallorca conquistó ayer el torneo triangular de Palermo al imponerse al Sevilla (1-0) y al conjunto local (0-2) en dos partidos en los que el grupo dirigido por Gregorio Manzano mostró su mejor cara de la pretemporada.

El equipo isleño abrió el torneo ante el Sevilla, al que derrotó por 1-0 gracias al tanto anotado por el centrocampista Mario Suárez en el minuto 18. Después de un inicio con dudas, sobre todo en su armazón defensivo, el grupo bermellón se hizo con el control del partido.

El buen trabajo de Martí y Suárez, así como el despliegue físico de Aduriz y Víctor en tareas ofensivas y de Tuni en la orilla izquierda, fue suficiente para acometer a un Sevilla al que además no le acompañó la suerte ya que estrelló dos balones en la madera en apenas un minuto.

En este primer partido, Manzado alineó un once formado por Aouate; Josemi, Nunes, Ramis, Ayoze; Martí, Mario Suárez, Varela, Tuni; Víctor y Aduriz.
Aunque el Sevilla apretó en los primeros minutos, sobre todo por las bandas, el Mallorca golpeó duro en su primera ocasión. Mario Suárez aprovechó un balón suelto dentro del área, tras un mal despeje de un zaguero sevillista, para conectar un zurdazo 'mordido' que sorprendió a Palop.

En el tramo final del encuentro, de 45 minutos de duración, el grupo dirigido por Manolo Jiménez apretó el acelerador y presionó la meta defendida por Aouate. Así, en el minuto 30, Luis Fabiano, en una gran jugada individual, firmó un chut con la izquierda que golpeó en la base del poste izquierdo. Al minuto siguiente, una falta lejana botada por Perotti se estrelló de nuevo en la madera.

En los últimos instantes, el Mallorca volvió a recuperar el mando. Primero con un cañonazo de Fernando Varela que despejó Palop, después con un chut de Tuni, tras una gran acción individual, y finalmente con una vaselina de Aduriz que se marchó por encima del larguero.

Después del segundo partido del triangular, que finalizó con el triunfo del Palermo sobre el Sevilla (gol de Miccoli), el conjunto anfitrión y el Mallorca se enfrentaron en busca del torneo, un partido que comenzó con un minuto de silencio por el fallecimiento del capitán del Espanyol Daniel Jarque, que se conoció durante la disputa del segundo encuentro.

De cara a esa final, Manzano introdujo algunas variaciones, alineando a Aouate; Martí Crespí, Nunes, Ramis, Corrales; Mario Suárez, Martí, Varela, Castro, Webó y Trejo.

El Palermo afrontó la cita con las ganas de darle una alegría a su afición y pisó el campo mordiendo. Pero el Mallorca no se arrugó. Ni mucho menos. Con Martí y Mario Suárez repartiendo las cartas, el grupo bermellón se mostró más efectivo.

A los 14 minutos, un mal despeje de un defensa italiano fue aprovechado por Pierre Webó para abrir la cuenta. Cinco minutos más tarde, Pep Lluís Martí transformó el penalti. El Palermo apretó, pero no pudo superar a un Mallorca que supo mantener su portería a cero y conquistar el trofeo. Tejera entró por Varela en los últimos minutos.