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F.Fernández

Finalizado el primer tramo de la puesta a punto, el Real Mallorca vuelve a pisar la Isla para iniciar la fase decisiva, la que debe conducir al grupo de Manzano a encarar con garantías el arranque del curso -frente al Xerez, en el ONO Estadi-. Dos semanas en Kössen han dado de sí para el preparador andaluz, que ha podido extraer sus primeras conclusiones, con la venta del club como telón de fondo. «A veces pensábamos desde allí qué estaría pasando, pero la presencia de Mateu Alemany nos ha dado la tranquilidad que necesitábamos. Espero que, a partir de ahora, sólo se hable de fútbol y de futbolistas. Será la mejor señal», explicaba el técnico a la llegada de la plantilla profesional a Son Sant Joan.

 

El equipo regresará al trabajo el próximo lunes (18:30 horas), en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio. Y lo hará con buena parte del trabajo físico cumplido. «Hemos tenido tiempo de trabajar duro y bien, complementando esta labor con los partidos», admitía Manzano, quien no escondió que «tenemos el equipo incompleto y ahora es cuando debemos sentarnos para hablar y planificar el futuro». Sobre las posibles llegadas de Camuñas y Scaloni, dejó el estado de las negociaciones en manos de la dirección deportiva de la SAD mallorquinista y espera «noticias, cuanto antes, mejor. No los veo ni cerca ni lejos. Creo que las cosas están frías, pero no tengo suficiente información ahora mismo».

 

Durante la estancia en el Tirol, las informaciones sobre la venta del Mallorca al empresario tinerfeño Carlos González generaron incertidumbre, más cuando el aspirante a propietario especuló sobre el futuro de algunos de los profesionales y puso sobre la mesa fichajes de renombre -Riquelme o Figo-. «Nos marchamos el día 20 de julio con la firmeza de que iba a ser el nuevo dueño, pero hubo una serie de acontecimientos que nos sorprendieron. Nos echamos las manos a la cabeza cuando se habló de según qué jugadores y fichajes, pero gracias a la irrupción de Mateu (Alemany) se tranquilizó la cosa», explicó el inquilino del banquillo isleño. El de Bailén recomienda a sus jugadores y al entorno del club «resetear el disco duro y pensar en la pretemporada, por su importancia de cara a lo que vendrá más adelante». Y apuntó que desea «que sea la última vez que tengamos que hacerlo. Esta situación no es buena a la hora de empezar la temporada, y sólo deseo que en agosto sea el fútbol el epicentro de todas las informaciones. Por el bien del equipo y de todos», espetó.

 

De los días de intenso entrenamiento y trabajo en Kössen, Manzano es consciente de que se pueden extraer numerosas ideas. Con un balance de dos victorias (Stein y Brescia) y dos derrotas Múnich 1860 y Wolfsburgo), resalta Manzano «la finura y la calidad de las sesiones de entrenamiento y de los aspectos que hemos estado trabajando en Austria. Los hemos sabido plasmar sobre el terreno de juego, pero estamos en plena pretemporada y hay muchas cosas que pulir, además de estar a expensas de nuevos refuerzos».

Gregorio Manzano ha optado por refrescar los ánimos de sus hombres antes de dar el pistoletazo de salida a las tres semanas que definirán el estado de forma y la consolidación táctica del bloque rojillo. Por ello, y tras casi dos semanas de entrenamiento de alta calidad, el técnico ha dado casi dos jornadas completas de descanso a la plantilla mallorquinista, una de las últimas paradas de considerable duración antes de que el esférico vuelva a rodar sobre la hierba y la campaña 2009/2010, cuyos cimientos se están sentando, sea una realidad palpable.