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Roberto Morales|BLOEMFONTEIN
Estados Unidos ha tenido que anular sus billetes de vuelta a casa para enfrentarse a España en la semifinal de la Copa Confederaciones. Convertida en la selección del milagro, tras apear con un golpe de efecto a Egipto e Italia, mide a la selección de los récords, la 'Roja', imparable en su camino hacia la deseada final.

Quince victorias consecutivas. 35 partidos sin perder y un nuevo registro que derribar ante Estados Unidos para superar a Brasil. Iker Casillas marcando nuevos números de imbatibilidad. Del Bosque firmando el mejor estreno de la historia de un seleccionador. David Villa y Fernando Torres máximos goleadores de la Confederaciones. El 'Guaje' marca cada partido. El 'niño' firmó el hat-trick más rápido de la selección. Datos y más datos que elevan a los altares futbolísticos al equipo del momento.

Como España hizo en la Eurocopa, llega la hora de olvidar sus hazañas y ganar encuentros que marcan el destino. Hace un año fulminó los miedos del pasado, tumbando a Italia en la siempre temida barrera de cuartos de final y en la siempre dramática tanda de penaltis. Ahora, es Estados Unidos el último obstáculo que superar en un camino sencillo en la Confederaciones ante rivales menores.

Vicente Del Bosque ha hecho jugar a todos sus futbolistas de campo para divertirse ante Nueva Zelanda, sufrir con Irak y ser eficaz con Sudáfrica. Para semifinal recupera a su equipo tipo, aunque la cita llegan con golpes Cesc Fábregas y Albert Riera.

Vuelve Iker Casillas, los laterales titulares -Sergio Ramos y Joan Capdevila-, con Gerard Piqué de titular por su papel ganado ante Turquía, como pareja de Carles Puyol. Xabi Alonso al mando, con Xavi Hernández de cerebro, Cesc Fábregas de socio, Albert Riera desbordando en la izquierda y la pareja de moda, Fernando Torres-David Villa, en punta.

Siempre ha ganado España a Estados Unidos. En las tres ocasiones que cruzaron sus caminos (3-1 en el Mundial de Brasil de 1950; 2-0 en 1992 y 1-0 en 2008). Con especial buen sabor de boca para Xavi Hernández que marcó en el Mundial sub'20 y en el último amistoso, cuando a España le costó vencer camino de la Eurocopa.

Marcas
El primero que marque logrará el gol 300 de la historia de la Copa Confederaciones. En su octava edición, Estados Unidos, 14 en el ránking FIFA, ha dado la campanada con un bloque de jugadores formado por Bob Bradley con la mente puesta en el Mundial del próximo año. Ha rejuvenecido una selección que cada gran evento se acerca un paso más al nivel del fútbol de elite.

Ordenado tácticamente, su punto fuerte es la fuerza y la velocidad que imprime a su fútbol. Un juego que siempre engrandece su referencia: Landon Donovan. A sus 27 años, el delantero de Los Angeles Galaxy es el líder norteamericano. 113 partidos como internacional. 40 goles y 37 asistencias.

Junto a Donovan otro de sus peligros es el hijo del seleccionador, Michael Bradley, fuerte centrocampista de 21 años que juega en la Bundesliga enrolado en las filas del Borussia Moenchengladbach. Sus delanteros, Davies y Altidore, sólo han hecho un tanto en tres partidos. Pero su punto más flojo es la defensa, una parcela en la que ha realizado multitud de concesiones a lo largo de la primera fase de la competición. Lo demostró en sus dos derrotas ante los combinados de Italia y de Brasil, antes de protagonizar el milagro con su triunfo 3-0 ante Egipto que le condujo a las semifinales.

Nunca la 'Major Soccer League', liga de fútbol norteamericana, ha dado el salto de calidad a pesar de las intenciones de revalorizarse con las contrataciones de jugadores que causen un impacto en los medios de comunicación. Ni la sonada llegada del centrocampista inglés David Beckham lo consiguió.

Como selección, tres veces tercera de la Confederaciones, disfruta de sus triunfos en las dos últimas Copas de Oro de la zona CONCACAF (2005 y 2007). En su salto al mundo, acusa siempre la falta de competitividad. Ante España, sin nada que perder, tienen el mejor escaparte para romper con la historia y hacerse un hueco entre los mejores para seguir asentándose en la élite.

La condición de víctima de Estados Unidos ha sido bien recibida por los norteamericanos, que tienen la intención de hacer valer su fortaleza al contragolpe para intentar dar la sorpresa.