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Miguel Luengo|PARÍS
Roland Garros despidió ayer a uno de los aspirantes a destronar a Rafael Nadal después de que el alemán Philip Kohlschreiber eliminara al serbio Novak Djokovic y se despejara el camino de Federer hacia la final después de que el suizo también sufriera para solventar su compromiso. Con los dos avisos de ayer el tetracampeón de la Copa de los Mosqueteros se mantendrá hoy en alerta en su partido de octavos de final (15.00 horas) ante Robin Soderling.

El rival del manacorí no es precisamente un jugador al que el balear admire e incluso ha llegado a decir de él que es con quien nunca haría pareja en un dobles. Los dos se verán las caras por cuarta vez en su carrera. Nadal ha ganado los tres encuentros, pero en los dos últimos ha habido siempre detalles que denotan el especial «pique» que hay entre ellos.

En dieciseisavos de Wimbledon 2007, cuando Nadal se disponía a servir, Soderling corrió a cambiar de raqueta, y en el momento en el que el mallorquín levantó la vista, su rival no estaba en el sitio lógico. Nadal no se inmutó pero le devolvió la broma a su manera. Y tras botar la bola varias veces, se detuvo y le dijo «bolas nuevas», lo que causó la hilaridad de los aficionados. Soderling, entonces, se dio la vuelta y trató de imitar el gesto de Nadal recolocándose el tiro de los pantalones. Ese partido duró cuatro horas y un minuto, pero necesitó cinco días, con siete aplazamientos por la lluvia. Y Nadal comentó después en la conferencia de prensa que el sueco era un «chico extraño» y del que «casi nadie» hablaba bien.

Soderling dijo sobre el gesto de los pantalones: «Fue algo más bien divertido. Tuve que esperarle a él como 200 veces en cada punto. Y el tuvo que esperar una vez, y empieza a mover la cabeza». El sueco se quedó perplejo entonces cuando supo de las declaraciones de Nadal sobre él. «¿Que dijo qué?», respondió. «Nunca diría eso de nadie en una rueda de prensa. Yo podría decir lo mismo. Podría hablar mucha mierda de mucha gente pero no lo haré», señaló. «Debe tener un día quejica. Si mi rival tiene suerte en un golpe y no pide perdón, a mí no me importa ¿Por qué debería pedir perdón cuando es el momento más feliz de mi vida? ¡Qué gilipollez!», dijo.

Más cercano en el tiempo, en Roma este año, una bola larga de Nadal al fondo fue señalada por Soderling a casi un metro de distancia. El juez de silla tuvo que bajar y rectificar al sueco, que no daba su brazo a torcer. Al final el punto se repitió. Nadal le apabulló por 6-1 y 6-0.

El tenista mallorquín seguirá las evoluciones del encuentro entre Fernando Verdasco y Nikolay Davydenko del que podría salir su próximo rival en el próximo cruce.

Por otra parte, la gran sorpresa de la jornada en París fue la derrota del serbio Novak Djokovic, habitual en las semifinales los dos últimos años, que tuvo «plomo en sus piernas» como él mismo expresó, y cayó eliminado en la tercera ronda de Roland Garros por el alemán Phillip Kohlschreiber por 6-4, 6-4 y 6-4. Ahora el alemán será el rival de Tommy Robredo en los octavos de final. Djokovic se presumía como el rival de Federer en las semifinales y su elminación despeja el camino del suizo, que también notó una sensación de escalofrío en su piel cuando el francés Paul Henri-Mathieu ganó el primer set. El de Basilea mantuvo la calma y venció por 4-6, 6-1, 6-4 y 6-4 en dos horas y 46 minutos, y se enfrentará con Tommy Haas.

Dos franceses se han colocado también en esa ronda, Jo-Wilfried Tsonga, próximo rival de Del Potro, y Gael Monfils, que se medirá con el estadounidense Andy Roddick.

Con Serena se clasificaron para octavos Jelena Jankovic y Svetlana Kuznetsova. La única baja entre las favoritas fue la danesa Caroline Wozniacki, que lesionada cayó ante Sorana Cirstea, por 7-6 (3) y 7-5.