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Miguel Luengo|PARÍS
Rafael Nadal regresó a la pista Philippe Chatrier, quizás en la que mejor se desenvuelve en el mundo, y venció a Lleyton Hewitt, por 6-1, 6-3 y 6-1 para situarse en los octavos de final de Roland Garros, donde mañana se verá las caras con el sueco Robin Soderling.

Nadal no cede. Lleva ya tres partidos ganados sin conceder un solo set, y ayer despachó al ex número uno australiano en apenas una hora y 51 minutos, en la derrota más fuerte de las cuatro que ha encajado sobre tierra ante el de Manacor.

Mucho mejor que contra el brasileño Marcos Daniel y ante el ruso Teimuraz Gabashvili, Nadal desarrolló su tenis con mayor soltura, ante Hewitt, un rival de 28 años, que a pesar de haber ganado esta temporada un torneo sobre tierra verde en Houston, el 27º de su carrera, jamás ha pasado de los cuartos en Roland Garros en sus diez apariciones.

Condiciones
Hewitt, 48 del mundo esta semana, fue capaz de acabar dos años seguidos como número uno, pero ahora no está en condiciones de aguantar la bola pesada, alta y profunda de Nadal. Lleva sin ganar a un jugador del top 10 desde mayo de 2007 y no es aquel aguerrido jugador que desesperaba con su carácter, y con una disposición siempre entusiasta con la que ha llegado a conseguir 500 victorias como profesional. Pese a todo, el de Adelaida peleó desde el fondo y cuando se vio perdido desplegó el juego de red que le llevó a ganar Wimbledon, pero no pudo evitar que el manacorí dominase.

Nadal mostró desde el principio sus armas al colocarse con 4-0, y sólo se vio algo desplazado cuando su rival ganó tres juegos consecutivos en el segundo set para adelantarse 3-2. Fue entonces cuando el australiano se atrevió a gritar su famosa frase de marca come on, pero ese fue su fin. El número uno del mundo le miró y le fulminó, y el de Manacor ganó a continuación siete juegos consecutivos que abrieron la herida mucho más allá.

Resignado a su suerte, Lleyton Hewitt comprendió que el objetivo era imposible. Nadal apuntilló su triunfo a lo grande, por la vía rápida, con su séptimo saque directo. Su próximo rival será Soderling, que se impuso a David Ferrer por 6-7 (5), 7-5, 6-2 y 7-6 (5) tras tres horas y 36 minutos. El sueco ha perdido con Nadal las tres veces que se han enfrentado, una en Roland Garros en 2006, sin ganar un set al español, otra en Wimbledon al año siguiente, en cinco parciales, y la última recientemente en Roma, ganando un solo juego al de Manacor.

Verdasco se clasificó para los octavos al vencer a Nicolás Almagro por 6-2, 7-6 (4) y 7-6 (8), en dos horas y 47 minutos. Verdasco se enfrentará en a Nikolay Davydenko, que se impuso al suizo Wawrinka, por 6-3, 4-6, 6-3 y 6-2.

Quien parece resignado a su suerte es Juan Carlos Ferrero, campeón en el 2003, quien ayer dejó entrever que esta puede ser su última temporada si no mejoran las cosas. El alemán Phillipp Kohlschreiber le dejó fuera de la competición por, 6-4, 2-6, 6-4, 6-7 (3) y 6-3.

Andy Murray se ahorró trabajo de más al vencer al serbio Janko Tipsarevic, que se retiró debido a una lesión cuando perdía por 7-6 (3) y 6-3. El serbio Novak Djokovic, por su parte, logró acabar su partido de segunda ronda, suspendido por falta de luz ayer jueves, al vencer al ucraniano Sergiy Stakhovsky por 6-3, 6-4, 6-1.