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Miquel Alzamora

Madrid y Mallorca se miden en un partido inútil, de esos que no sirven para nada, de ahí que sea el único desplazado a hoy y correspondiente al grueso de encuentros de la penúltima jornada de Liga. El Madrid tiene asegurada la segunda plaza y el Mallorca atada la permanencia sin opciones ni de pujar por Europa ni de inquietar a ningún rival ni por arriba ni por abajo. A partir de ahí el choque tiene más tintes de partido amistoso que otra cosa. El Mallorca hizo los deberes a tiempo y lo que era un comprometido final de temporada, se ha convertido en el más plácido desenlace jamás pensado. El equipo de Manzano partirá hoy hacia Madrid sin Aouate, Nunes, Scaloni y Martí, pero con la idea de ganar, de ser el único equipo que haya contabilizado dos victorias consecutivas ante Barça y Madrid esta temporada y a su vez igualar la mejor segunda vuelta de su historia en Primera, localizada en la temporada 00/01 donde se llegó a sumar 40 puntos en los últimos 19 partidos. El encuentro dirá si este tipo de motivaciones extra son lo suficientemente atractivas para inyectar la dosis necesaria de actitud en un grupo que ha logrado en la segunda ronda de Liga solucionar el lío en el que andaba metido al término de la primera. Ahora todo se ve de otra manera hasta el punto de que el equipo, a medio gas, es capaz de ganar a todo un Barcelona como ocurrió la pasada semana e incluso remontar el marcador. Tal vez faltó intensidad, posiblemente también motivación, pero esto son armas que bien utilizadas pueden ser un recurso perfecto para llevarse los tres puntos. El Bernabéu medirá el estado de ánimo de una afición desencantada con todo lo que ha rodeado al equipo esta temporada y el plebiscito desde la grada hacia el equipo puede marcar el devenir del encuentro. Manzano apuesta por un Madrid que no saldrá a hacer el ridículo en la despedida oficial de la temporada ante su afición. Pero no es menos cierto que los futbolistas blancos han quitado el pie de acelerador de golpe. Lo quitaron tras caer humillados frente al Barcelona, siguieron en plena caída ante Valencia y Villarreal y ahora tratarán de revertir la situación ganando al Mallorca. «Es cuestión de imagen y de escudo» se ha dicho esta semana desde Madrid. Pero los futbolistas no suelen creer ni en una cosa ni en otra y menos en un club descabezado, sin líder, desestructurado y de nuevo encomendado al ángel salvador de Florentino Pérez. No es un mal partido para pescar en río revuelto y a poco que el Mallorca meta una marcha más al encuentro que el rival, es perfectamente posible pensar en una victoria.

Los de Manzano tienen argumentos suficientes para poder pensar en llevarse los tres puntos. Cuentan con un Moyà inconmensurable en la portería y que vuelve donde casi siempre ha brillado dejando su sello personal.

Ausencias

Defensivamente siempre es un hándicap no poder contar con Scaloni, también lo es no tener a Martí en el medio campo, pero con la inercia positiva que lleva el equipo, incluso las bajas no parecen tan llamativas por importantes que estas sean.

Entre líneas Mario Suárez y Jurado tratarán de hacer daño al centro del campo madridista y Aduriz intentará amargar el último partido de Cannavaro como madridista en el Bernabéu. Nunca es descartable un zapatazo de Varela de larga distancia -le tiene bien tomada la medida al Bernabéu- e incluso un lanzamiento de libre directo de Arango, que a esas horas posiblemente esté ya despierto y consciente de que se juega un partido de fútbol. Agarrados a estos argumentos futbolísticos el partido cerrará la penúltima jornada de Liga disputada toda ayer a excepción del choque de esa noche, más parecido a un torneo de verano que a un partido oficial. Pitará el valenciano Ayza Gámez, si no se busca problemas, previsiblemente no los tendrá. Canal Plus retransmitirá el partido.