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El equipo juvenil del Mallorca está listo para volver a darle brillo a una de las competiciones con más solera del fútbol español. Después de redactar una gran temporada el grupo III de la División de Honor, el conjunto que dirigen Gustavo Siviero y Gabi Vidal iniciará la semana que viene su trayectoria por la Copa del Rey de la categoría. Los bermellones, que entre los años 2000 y 2003 ya lograron tres subcampeonatos, se enfrentarán a doble partido (17 y 24 de mayo) al Sevilla y aunque los hispalenses defienden el título que le arrebataron hace un año al Barcelona, en Son Bibiloni no renuncian a nada.

El Mallorca regresa a la Copa por la puerta grande. Los bermellones liquidaron hace algunas semanas su camino por el campeonato regular y pese a que el dominio azulgrana les impidió llegar al ático de la clasificación, su segundo puesto avala el trabajo que se ha desarrollado en la fábrica de la carretera de Sóller desde el pasado verano. En treinta jornadas de competición, se recopilaron una veintena de victorias y aunque la presión del Espanyol en los episodios finales acabó siendo agobiante, los isleños se agarraron a su privilegiada situación y no cedieron un sólo milímetro. «El equipo ha estado muy bien toda la temporada y ha hecho un gran final. La Copa nos va a sorprender en nuestro mejor momento de forma», asegura Gustavo Siviero a la hora de analizar la eliminatoria ante el Sevilla.

El ex futbolista argentino es consciente de que se encontrará ante uno de los peores enemigos posibles, pero cree que eso disparará las prestaciones del grupo. «Nos ha tocado enfrentarnos a un rival muy fuerte y eso impedirá nuestra relajación, además de obligarnos a mostrar lo mejor de nosotros mismos», argumenta. «La clave será mantener la seriedad y saber aprovechar nuestras posibilidades», añade.

A la hora de desgranar las virtudes y defectos de su equipo, Siviero lo tiene claro: «Lo mejor es que durante todo el campeonato nunca hemos dado un partido por perdido y hemos mantenido el nivel de intensidad hasta el final. Nunca nos hemos entregado y en los últimos minutos de los partidos siempre hemos tenido fe y constancia. ¿Lo peor? Que hemos encajado demasiados goles. Ése es nuestro talón de Aquiles», alega.

El próximo fin de semana su equipo intentará poner contra las cuerdas a una de las canteras con más pólvora del país para seguir haciendo historia en un torneo que lleva el sello mallorquinista.