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Fernando Fernández Pocos creían que el Bàsquet Mallorca podría tener hechos los deberes con casi dos meses de margen. Pero la identificación del vestuario, un concienzudo trabajo desde los despachos y la fe de un técnico acostumbrado a hacer malabarismos cuando los euros escasean han permitido que la LEB pueda seguir teniendo en la Isla un punto de referencia. Xavi Sastre (Palma, 1961) regresaba a Inca con el reto de sacar petróleo de un grupo sin grandes nombres, pero que derrochaba ilusión y coraje. «Trabajo, un poco de suerte y un buen ambiente en vestuario. No hay más secretos para explicarlo», comenta el preparador balear, que ha prorrogado por una temporada más su contrato con la entidad con sede en la capital de es Raiguer. «El club contaba conmigo y yo quería seguir aquí. Soy un privilegiado. Hago lo que me gusta y en mi tierra. Eso no tiene precio. Además, el del Mallorca es un proyecto serio, pese a que la crisis nos afecta, como a todos a estas alturas», proseguía el ex del Muro y segundo de la selección española sub 18, quien admite que «mantener este equipo va a ser difícil. Aunque sé que haremos lo posible, pero luchar por los 'playoffs' pasa por encontrar un buen patrocinador y no es tarea fácil», admite.

Sabedor que hombres como Blair, Blanch o Biviá van a gozar de ofertas de mayor entidad, Sastre se aferra «al sentimiento y lo que al margen de lo deportivo les ha dado Mallorca. Ellos son básicos para el bloque, pero hay otros jugadores que nos han aportado muchas cosas».

En este aspecto, resalta a Israel Pampín (el club quiere hacer efectiva su opción de renovación), Alberto Alzamora o Jan Orfila. «Han demostrado que tienen minutos en la LEB y son tan importantes como el que más. A lo mejor la estadística no lo refleja, pero son vitales», afirma, sin dejar de lado que en el próximo curso, hombres como Joan Sastre «tendrán un papel más decisivo en el equipo. Debe ser el alero importante. Y si Miki (Servera) se queda, desempeñará un rol similar al de Joan este año». El talante de Xavi Sastre ha sabido transmitir al grupo la confianza necesaria para superar las ausencias de Riera y Tiedeman. «A Juanito (Riera) no podíamos privarle de irse a la ACB y a Estudiantes, y la lesión de Tyler nos condicionó al principio», significa el técnico, quien confiesa que admira como los problemas económicos de la entidad «no han afectado a los jugadores. Ellos conocen bien el club y saben que es cumplidor».

Ofertas no le han faltado en las últimas campañas, pero Sastre apuesta por un Mallorca «que siempre ha dado la cara».