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Lluís Orfila|MAÓ
El ViveMenorca se concedió un respiro. Venció al Bruesa, a lo que se le sumaron los tropiezos de CAI y Murcia, la combinación esperada y deseada para prolongar algunos días más el sueño de la permanencia. El cuadro de Javier Imbroda sigue sin depender de si mismo, pero el milagro está más próximo ahora que dos días atrás. El Menorca volvió a evidenciar la limitaciones que ofrece su juego, sin ser eso un hándicap determinante en el desenlace final, pues la docilidad del Bruesa allanó el camino de la victoria, ese mismo que trazaron Stojic y Jeter a base de calidad, garra e implicación. Ambos se echaron el equipo a la espalda, y secundados por las intermitentes aportaciones de Bazdaric y Sundov en ataque, y de Ivanov en el rebote, concluyeron en un triunfo terapéutico, aunque no exento de angustia. De salida, el ViveMenorca trató de imprimir un ritmo vertiginoso, cobrando renta con celeridad (16-9) gracias a su dupla croata (10 Stojic y 6 Bazdaric en el primer cuarto), aunque su propia ansiedad y un par de aciertos de Hopkins impidieron una brecha mayor (21-17 finalizados los primeros diez minutos). Aunque el Menorca mantuvo el mando en el juego y en el marcador durante la mayor parte del segundo cuarto (34-29 de máxima tras un par de tiros libres convertidos por Jeter Pooh), una racha de aciertos de Isaac López volteó la dinámica justo antes del descanso (38-40).

El tercer parcial se convirtió en un mutuo intercambio de golpes. Stojic, Jeter, Panko y Roe gobernaron el juego ofensivo, y aunque el Menorca esbozó un ligero intento para despegarse (53-48), tras un tiempo muerto solicitado por Laso, reaccionó el conjunto donostiarra (53-53). Nueve puntos consecutivos de López y un triple de Panko instalaron la exasperancia en la grada (59-66), que la tomó con Burtt. Las puertas del descenso parecían abrírsele de par en par al Menorca, pero Jeter y Stojic acudieron al rescate, fraguado sobre un parcial de 10-0 que otorgó de nuevo la brújula al cuadro balear (69-66). A 38 segundos, la serenidad de Jeter desde los 4'60 situó el 75-72 y un posterior acierto de Stojic sentenció (77-72) un triunfo que ni siquiera el postrero triple a tablero de Hopkins para el definitivo 77-76 hizo peligrar.