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Agencias|VALENCIA
El Barcelona salvó un punto en Mestalla tras empatar a dos contra el Valencia. El choque tuvo de todo, pero sobre todo fútbol, del bueno, tanto por parte de un equipo como de otro. La primera parte tuvo un inicio eléctrico, con un Barça muy volcado en ataque y un Valencia que trataba también de aprovechar el espacio que le daba el equipo de Pep Guardiola.

Sin embargo, fue el conjunto azulgrana el que más entonado estaba de cara a la meta rival, intentaba llegar apoyándose sobre todo en Xavi e Iniesta, principalmente en este último, que volvió desde el minuto uno a tener una participación clave en el juego de su equipo. Sin embargo, hasta el minuto 21 de partido las acciones más claras de gol fueron para el conjunto 'ché'. Villa en dos acciones puso en aprieto a Víctor Valdés que ya ofrecía síntomas de debilidad en sus acciones. En el primer gol del equipo valencianista se confirmaron las debilidades del meta catalán.

El Barça no renunciaba a nada y tras los dos avisos del conjunto local, puso la directa hacia la meta de César, que tampoco es un guardián infranqueable, y se lanzó a por el gol. Como no podía ser de otra forma, Andrés Iniesta pedía la pelota y tuvo mucho que ver en la acción del primer gol azulgrana. Una buena acción de tiralineas 'tuya mía' acabó con la pelota en el interior del área valencianista y entre la incertidumbre de la defensa que no sabía cómo parar al jugador manchecho y a que Messi rondaba por ahí, la pelota llegó precisamente a los pies del argentino que empujó el balón al fondo de las mallas. Era el cero a uno y la Liga estaba un poco más sentenciada.

Pero el Valencia, lejos de desanimarse, siguió jugando con una actitud muy positiva, buscó atacar con más fuerza si cabe y fruto de esa fuerza consiguió acortar distancias gracias a un gol de Maduro que aprovechó una incertidumbre entre Puyol y Valdés en el lanzamiento de un córner para metersen enmedio y anotar el uno a uno. Mestalla explotaba y veía empezar un nuevo partido. Pero las emociones siguieron produciéndose antes de llegar al descanso. Pablo Hernández finalizó una jugada ofensiva de su equipo para meterse entre el 'bocadillo' que trataban de hacerle Puyol y Alves, ganar metros y plantarse sólo ante Valdés. Cuando sólo queda el meta azulgrana lo más probable es que la pelota acabe en gol y así fue. El Valencia remontaba y situaba el dos a cero antes del descanso. Era un gol psicológico tanto para unos como para otros. La segunda parte volvió a ser muy dinámica y a cinco minutos para el final el Barça establecía el empate. Un gol de Henry permitía al Barça empatar e irse más traquilo a dormir.